?Qui¨¦n detiene a Cisco Garc¨ªa? Entrevista exclusiva con un campe¨®n en todos los sentidos
Enfocarse en lo que s¨ª y buscar la libertad: no hay obst¨¢culo que pare a Cisco Garc¨ªa.
La historia de Cisco Garc¨ªa impresiona. Pero conocerlo en persona a¨²n m¨¢s. La huella que deja es palpable y, tras hablar con ¨¦l, cambia mi d¨ªa y semana por completo. No camino, me deslizo, floto. La culpa: la energ¨ªa arrolladora que desprende un imparable convencido. Quiz¨¢ algunos lo hayan visto en Instagram (acumula una abultada legi¨®n de seguidores entre los que me incluyo), otros quiz¨¢ lo recuerden por su tr¨¢gico accidente. Muchos, por su trayectoria en tenis en silla o por su libro Irrompible. Sea como sea, acercarse a ¨¦l es la mejor manera de extraer la actitud necesaria para emprender cualquier reto en esta vida, peque?o o grande.
Algunos las llaman personas vitamina. Si yo pudiera definir un programa de universidad ¡®vital¡¯, Cisco Garc¨ªa ser¨ªa una de las asignaturas troncales. Para ubicarnos: hablamos de un tenista, abogado y apasionado del deporte en particular y de la vida en general a quien una ca¨ªda le hizo ser a¨²n m¨¢s imparable de lo que ya era. Un nervio, una mecha, un culo inquieto. Un apasionado del snowboard que se dorm¨ªa y levantaba pensando en saltar. Aquel 28 de diciembre de 2015 realiz¨® un salto cuya ca¨ªda le llev¨® directamente al helic¨®ptero.
No fue culpa del salto en cuesti¨®n (lo hab¨ªa realizado otras tantas veces), sino de un lecho de nieve escaso y duro como el hormig¨®n que no amortigu¨® lo que, en otras circunstancias, quiz¨¢ no hubiera sido tan grave. No fue el caso. Algo grave pasaba ¡°porque tocaba y no sent¨ªa¡±. A partir de entonces adem¨¢s de caer en la nieve, pudo haber ca¨ªdo en la amargura, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. A Cisco no le para nada ni nadie. La recuperaci¨®n, no lo esconde, no fue coser y cantar. Y eso que, al principio, como suele suceder a quien sufre este tipo de lesiones medulares, le invadi¨® la euforia.
Los tres meses posteriores suelen ser determinantes y la esperanza -o el fantasma de la esperanza- de una recuperaci¨®n le hizo creer en el milagro: mover las piernas. Llega entonces el momento m¨¢s duro que la propia ca¨ªda. Hay que aceptar. ¡°Esto es lo que tengo. No me lo van a cambiar, aunque llore o patalee¡±, me explica Cisco en una entrevista que hoy quiero compartir contigo. Aceptar no es rendirse. Aceptar no es conformarse. Aceptar es entender tus nuevas circunstancias y adaptarte a ellas para vivir una nueva vida tan plena o m¨¢s que la anterior. Tan din¨¢mica o m¨¢s.
Empieza entonces una segunda fase en la que tiene claro que quiere vivir al m¨¢ximo y hacer lo que siempre hab¨ªa hecho. Viajar, hacer deporte, conducir y, en definitiva, moverse. Se dio cuenta de que la barrera no eran sus piernas. ¡°Era m¨¢s f¨¢cil de lo que pensaba¡±, explica. Y te lo dice una persona que durante semanas no pod¨ªa hacer nada solo: ducharse, vestirse, desvestirse, ir al ba?o, etc. La clave para adoptar ese mood imparable: ¡°no comparar lo que hac¨ªa con c¨®mo hac¨ªas las cosas antes¡±.
En su mente solo hab¨ªa una manera de vivir: libre. Y a esa libertad le rinde un sincero homenaje todos los d¨ªas. Acompa?ado de manera definitiva por una silla de ruedas, Cisco lo ten¨ªa claro: ¡°Mi lucha era volver a ser libre de nuevo¡±. Y eso no quita la silla. Al contrario: la suma. No quiso perder un segundo en volver a hacer todo aquello que m¨¢s le gustaba y eso empezaba por ser aut¨®nomo. Poder conducir solo fue esencial en esa conquista y elev¨® de nuevo su autoestima.
Lo que parec¨ªa dif¨ªcil en realidad, era una cuesti¨®n de pr¨¢ctica. Inc¨®modo al principio, como ir a la playa y v¨¦rselas y dese¨¢rselas para acceder a ella. A la segunda, a la tercera, a la quinta, ese obst¨¢culo o esa incomodidad deja de serlo. La libertad es un valor al que no ha renunciando porque forma parte de su esencia. Dejar de ir a la playa para evitar ese ¡®despliegue¡¯ no hubiera sido la soluci¨®n ni hubiera sido ¨¦l mismo. ¡°El miedo hay que enfrentarlo. Porque en casa se hubiera hecho bola¡±, comparte. Al final, simplifica el tenista, es lo mismo, aunque cueste un poco m¨¢s de trabajo.
Una vez recuperada su vida normal o, mejor dicho, la anterior, Cisco inici¨® casi sin darse cuenta una nueva etapa profesional que lo alejaba cada vez m¨¢s de los despachos de abogados y lo acercaba a una nueva gran pasi¨®n: el tenis en silla de ruedas. Su popularidad crece como sus ¨¦xitos, lo que tambi¨¦n abre nuevos desaf¨ªos y presiones con las que lidiar Porque siempre hay obst¨¢culos a los que enfrentarse. Dedicarse al tenis y vivir de ello, una realidad. Ser feliz, en definitiva.
Lo ha conseguido. Si le preguntas cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que la tristeza la invadi¨® al verse en silla de ruedas, se remontar¨¢ hasta 2016. Un luchador siempre busca nuevos retos y eso es lo que ha hecho. Fijarse en lo que pod¨ªa hacer y hacerlo. Una lecci¨®n de vida que ahora puedes escuchar en la nueva temporada de Imparables, el podcast, y tambi¨¦n verlo en el canal de YouTube. Si est¨¢s buscando remontar el d¨ªa, la semana, el mes¡ quiz¨¢ este sea un buen camino para conseguirlo. Grande Cisco.