El bal¨®n y la Tierra
Comienza a apreciarse el esbozo de un patr¨®n, se trenzan hilos para conformar la cuerda, se van ordenando las piezas en el tablero. Poco a poco regresa el Bar?a de la miseria y la irrelevancia, mezclando aciertos y errores, no puede ser de otra manera. Igual que el partido de vuelta contra el PSG en la Champions del a?o pasado insinu¨® una ligera recuperaci¨®n que culmin¨® ganando la Copa, la semifinal de Supercopa ha se?alado el camino que el equipo cul¨¦ comienza a retomar.
Ya contestan los ap¨®stoles del resultadismo: lo ¨²nico que cuenta es el triunfo, el Bar?a perdi¨®. Aprecian correctamente el marcador, pero no hablo de eso. Que el Bar?a est¨¢ en la senda de regreso no lo dudan ni los terraplanistas futbol¨ªsticos que presumen de Champions para zanjar cualquier controversia. Les irrita la fe del Bar?a en su idea, que parece ser una cosa molesta que interrumpe el contaje. Deber¨ªan no reproducirse y, si lo hacen, que sea por fecundaci¨®n in vitro, que asegura el resultado, no se vayan a divertir.
Los cul¨¦s parecen hoy remar en la misma direcci¨®n. La directiva nos gasta bromas imaginativas como la renovaci¨®n de Umtiti, que sirve para inscribir a Ferran. El entrenador porta la antorcha del liderazgo, se equivoca con alg¨²n planteamiento, pero lo corrige en los partidos. Algunos jugadores siguen manifestando una actitud insultante, pero la mayor¨ªa son humildes, talentosos y disciplinados. Regresan piezas que derrochan calidad individual: Ansu llega donde no lo hace el juego, Pedri exhibe sabidur¨ªa y sencillez. Despu¨¦s de todo, esto es un deporte de jugadores. El Bar?a estaba jugando con diez tristes peones y una dama, que ha tenido que sacrificar para ir introduciendo otras piezas. Doloroso, pero valiente. Se va rellenando el mosaico que una vez se deshizo, a¨²n faltan azulejos, pero llegar¨¢ un d¨ªa en el que cualquier cul¨¦ le devuelva la visita al Cobrador del Frac del resultado para invitarlo a un caf¨¦ y hablar de la esfericidad de la tierra con un bal¨®n de f¨²tbol como ejemplo.