Australia no quiere a Djokovic
El ministro de Inmigraci¨®n de Australia ha vuelto a cancelar el visado de Novak Djokovic. Era lo esperado. Despu¨¦s de toda la semana con la decisi¨®n en vilo, Alex Hawke hizo efectivo este viernes el poder de veto que le otorga su cargo para deportar al n¨²mero uno del tenis, a s¨®lo tres d¨ªas del comienzo del Grand Slam. Hubiera sido mejor para el torneo que el anuncio hubiera sido antes, pero el Gobierno del pa¨ªs vela por intereses que est¨¢n por encima de una competici¨®n. La resoluci¨®n, que alega ¡°motivos de salud y buen orden¡±, se acopla al sentir popular de la naci¨®n aussie. Estos d¨ªas se ha publicado una encuesta que sit¨²a el rechazo a Djokovic en un 83 por ciento, pero ni siquiera hac¨ªa falta la validaci¨®n emp¨ªrica para comprobarlo. Bastaba con chequear el parecer de cualquier ciudadano australiano.
La opini¨®n p¨²blica internacional s¨ª sosten¨ªa ciertas dudas al respecto, sobre todo despu¨¦s de que el juez Anthony Kelly permitiera el pasado lunes su permanencia, pero los acontecimientos de las ¨²ltimas jornadas, que ponen en entredicho los tr¨¢mites del serbio, hasta el punto de que tuvo que emitir un comunicado de aclaraci¨®n, han reducido la cr¨ªtica exterior.
Dentro del Down Under, desde luego, la repulsa es un clamor. El motivo principal es el enorme sacrificio que est¨¢n haciendo all¨¢ durante la pandemia. Melbourne, sede del Open, suma 265 d¨ªas de confinamiento. La decisi¨®n llega tambi¨¦n en pleno aumento de casos, con nuevas restricciones que afectan al propio torneo, que ha tenido que rebajar el aforo a la mitad, pero sobre todo a unos ciudadanos hastiados por la situaci¨®n. Evidentemente, Djokovic no ha provocado este escenario y, objetivamente, ni siquiera supone un peligro. Pero su caso es ejemplarizante. El campe¨®n espera poder salvar otro match-ball con un recurso cada vez m¨¢s dif¨ªcil de prosperar. Aunque, pase lo que pase, este partido con Australia hace tiempo que lo tiene perdido.