La entrada de Casemiro y el no VAR
La afici¨®n del C¨¢diz en particular, y la antimadridista en general, est¨¢n que trinan por la no expulsi¨®n de Casemiro en su derribo a Iv¨¢n Alejo. Una entrada por detr¨¢s, sin posibilidad de bal¨®n, aparatosa y tirando tijera. Latre, que ven¨ªa arbitrando mal, como suele, lo dej¨® en amarilla. Si hubiera sido castigada con tarjeta roja ni ¨¦l ni el Madrid podr¨ªan haber protestado. El VAR no intervino a pesar de que uno de los cuatro supuestos del protocolo son las tarjetas rojas y su pasividad alimenta el enfado. Cualquiera puede entender que un ¨¢rbitro se arrugue a la hora expulsar a un madridista en el Bernab¨¦u, pero el VAR decide a distancia¡
Nada extra?o. Ya coment¨¦ aqu¨ª el otro d¨ªa que Medina Cantalejo se ha propuesto que el VAR intervenga menos, s¨®lo para cosas muy escandalosas, y as¨ª est¨¢ instruyendo a los ¨¢rbitros en sus encuentros al tiempo que les dice que no piten penaltitos y les recuerda que el f¨²tbol permite contacto. De hecho, de las tres semanas que lleva al frente de la organizaci¨®n en las dos primeras no intervino el VAR; s¨®lo ha aparecido en esta ¨²ltima, una vez en San Mam¨¦s el domingo y dos anoche en Orriols. Y dos de esas tres intervenciones han llegado en jugadas de geolocalizaci¨®n, objetivas. S¨®lo la mano de Diakhaby ha entrado en una jugada opinable.
Todo esto, claro, no va a conformar a la afici¨®n cadista y antimadridista enfadada. M¨¢s all¨¢ del detalle de una jugada concreta, lo que nos encontramos es con un volantazo en los criterios de aplicaci¨®n del VAR (49 intervenciones en 15 jornadas con Velasco, tres en tres con Medina) que nos deja sentados en la cuneta. Los ¨¢rbitros suelen decir que ni jugadores ni aficionados ni periodistas conocemos el Reglamento. ?Y qui¨¦n se lo sabe? De las Tablas de la Ley han hecho un engendro cambiante y vol¨¢til y resulta que el VAR, pensado para traer conformidad y eliminar pol¨¦micas, ya es visto como un espacio odioso para cultivo del capricho o del cinismo.