El labio tieso
El Madrid hizo con el Atl¨¦tico lo mismo que con el Inter de Mil¨¢n hace unos d¨ªas: empez¨® el partido tranquilo, muy tranquilo, dej¨¢ndose mecer por el rival, hasta que oli¨® la sangre. Contra los italianos fue un disparo de Kroos. Ante los de Simeone fue una volea de Benzema tras robo de Modric. Y luego cerr¨® ambas historias con Asensio, apretando los tornillos sueltos con esa navaja suiza que tiene por zurda.
Este Madrid no se descompone, no se pone nervioso, no titubea y no pierde ni por un momento la compostura en esos inicios en los que parece no mandar. Ni se inmuta. Sabe esperar. Los anglosajones, que tienen un t¨¦rmino para todo, le llaman a esto tener "el labio superior tieso" (stiff upper lip). Es un rasgo de los que saben aguantar la adversidad sin que se perciba en ellos el m¨ªnimo gesto de contrariedad. Ni una grieta en el car¨¢cter. Ni un temblor de labio.

Mi abuela jerezana tambi¨¦n me hablaba de esa gente a la que, le cuentes lo que le cuentes, nunca parece muy impresionada por nada. Los "ni pizca que me choca" les llamaba. Puedes confesar ante ellos que eres un vampiro, haber asesinado a Kennedy, ser Banksy o haber montado el d¨²o de m¨²sica electr¨®nica Daft Punk, que ellos ya habr¨¢n hecho, visto o vivido algo muy similar antes, probablemente esa misma ma?ana de camino al trabajo. Cualquier cosa menos parecer chocados. Y este Madrid es un poco as¨ª con sus rivales, como en esa canci¨®n de Shania Twain: "?As¨ª que eres Brad Pitt? Bueno, tampoco me impresiona demasiado". Los equipos contrarios amenazan con el l¨¢tigo, ejecutando maniobras agresivas y complicadas, y el Madrid es Indiana Jones con el rev¨®lver: dos disparos y a otra cosa.
Tiene un peque?o cuento Robert Louis Stevenson, El barco que se hunde, en el que aparece uno de esos legendarios tipos de labio tieso: "Se?or, el barco se est¨¢ yendo a pique", dice el teniente irrumpiendo en el camarote del capit¨¢n. Y este le replica: "Muy bien, Mister Spoker, pero esa no es raz¨®n para andar a medio afeitarse".
Aqu¨ª lo ¨²nico que parece moverse, si acaso, es la ceja de Ancelotti.