El f¨²tbol es una guerra del L¨ªbano
La permanente tensi¨®n entre Tebas y Rubiales resulta un pleito inocente frente a lo que se cuece fuera. Esa pelea es inc¨®moda, pero dif¨ªcilmente puede da?ar de verdad nuestro f¨²tbol. Pero lo del mundo exterior s¨ª es grave. Infantino recela de Ceferin, de ah¨ª que prestara un sigiloso apoyo al complot de la Superliga. Cabeza de ese complot fue, junto a Florentino, Agnelli, compadre de Ceferin y hasta el estallido presidente de la ECA (integrada en la UEFA). Ninguna de las dos cosas le condicion¨® para actuar a espaldas de Ceferin y esconderse de sus llamadas cuando ¨¦ste se enter¨® de lo que hab¨ªa, v¨ªa Tebas, a su vez informado por un desliz de Laporta.
Ceferin qued¨® tan enfurecido que le pas¨® la presidencia de la ECA a Al-Khela?fi, mandam¨¢s del PSG, leal a la UEFA en el tema Superliga, premiado tambi¨¦n con una mayor manga ancha, si cabe, en el tema del ¡®fair play¡¯ financiero. Gracia de la que igualmente se van a favorecer los capos del ¡®Big Six¡¯, pronto ¡®Big Seven¡¯, apuntados al complot, arrepentidos en 24 horas. Lejos de aqu¨ª, Argentina y Brasil han quedado enfrentadas por el asalto de la polic¨ªa sanitaria brasile?a en el ¨²ltimo partido entre ambas, que ha dejado sobre la mesa de Infantino un problema feo. ?l, por su parte, se busca otro peor al lanzar la idea del Mundial bienal.
El f¨²tbol ha llegado hasta aqu¨ª por pactos de buena voluntad entre diferentes. As¨ª han convivido el f¨²tbol de clubes y el de selecciones. Han convivido la FIFA y sus hijas, las confederaciones (con la UEFA y la CONMEBOL como m¨¢s potentes) con decoro. Tambi¨¦n los clubes m¨¢s ricos, ahora agrupados en la ECA, con los menos ricos. Pero se ha desatado la codicia por el dinero de las televisiones y de su mano una guerra por ocupar el calendario. La FIFA y sus confederaciones han perdido autoridad moral por sus episodios de corrupci¨®n y los clubes ricos ya se ven capaces de campar por sus respetos. Se acercan tiempos de grandes trastornos.