La banda sonora de la primera vez
La NBA era hace cuarenta a?os un c¨®dice baloncest¨ªstico de fantas¨ªa que asomaba en una dimensi¨®n lejana, casi desconocida. Un batido de ciencia-ficci¨®n y hagiograf¨ªa que nos llegaba a trav¨¦s de publicaciones y de transmisiones orales de los que pod¨ªan viajar all¨ª o ve¨ªan partidos en alguna base militar. Ram¨®n Trecet fue el primer traductor y difusor para todos los p¨²blicos de esa entelequia que se convirti¨® en moda joven y acad¨¦mica a trav¨¦s del forrado de las carpetas. Trecet le puso voz y narrativa, la banda sonora de la primera vez.
Nen¨¦ Manfug¨¢s es considerado el primer sonero de Cuba. Fue un juglar bohemio que a finales del siglo XIX llev¨® sus cantos y estribillos desde las monta?as de Baracoa hasta la civilizaci¨®n, en Santiago. Vivi¨® una gran explosi¨®n de popularidad y lo hizo sirvi¨¦ndose de un instrumento nuevo, una especie de guitarra con solo tres cuerdas. Un siglo despu¨¦s su sobrino nieto Andr¨¦s Montes recibi¨® el encargo de impulsar la NBA para el p¨²blico supuestamente exigente y elitista de la televisi¨®n de pago en Espa?a. Y baj¨® de los montes intrincados del periodismo deportivo para sofisticarse y sofisticarnos en Canal+. Se propuso hacer de la NBA un disfrute cercano, familiar, a base tambi¨¦n de estribillos, giros verbales, motes y trovas. Un estilo popular con est¨¦tica de la Milla de Oro del barrio de Salamanca. Todo para convertir un producto aparentemente minoritario y ajeno en el pan nuestro de cada d¨ªa. Con su relato nos sent¨® a comer a diario en un restaurante de lujo.