El f¨²tbol camina hacia el reloj parado
El otro d¨ªa hubo alarma por el gol del Atleti en Cornell¨¤ en el minuto 9¡¯ del descuento de la segunda parte. A¨²n quedaba uno de juego. Eso, naturalmente, molest¨® al Espanyol, pero cuando despu¨¦s, con la cabeza fr¨ªa, se hicieron las cuentas, result¨® que el descuento era incluso corto. Hab¨ªan concurrido dos agravantes especiales: 2¡¯ de pausa de hidrataci¨®n y 5¡¯30¡± de manoseo de una jugada en el VAR. (Dos problemas recientes y artificiales, introducidos por adanistas que quieren reinventar el f¨²tbol). A?¨¢dase a eso otro VAR m¨¢s corto, las consabidas interrupciones por lesiones y nos da 12¡¯ minutos largos sin contar cambios, que esa es otra.
El Espanyol se vio compensado con un gol muy pasada la hora ante el Betis. A su vez el Atleti se vio castigado porque ante el Athletic le pitaron el final del partido justo cuando Oblak hab¨ªa lanzado largo hacia Carrasco, generando una ocasi¨®n que ten¨ªa pinta de gol. El lunes el p¨²blico cul¨¦ se indign¨® por la cortedad del descuento, visto c¨®mo hab¨ªa robado tiempo el Granada. Por no seguir. Algo tan sencillo como el final del partido, que antes contabilizaba el ¨¢rbitro en su reloj, se ha convertido en una alarma social. Siempre hubo quejas por los descuentos, pero espor¨¢dicas, nunca como ahora.
Se va perdiendo el sentido original de este juego, que triunf¨® por su principal virtud, la simpleza, y se embarulla cada vez m¨¢s. La hidrataci¨®n y el VAR son ocurrencias intrusas. El n¨²mero de cambios (ya vamos por 5) es otro tiro en el pie. Y se ha instalado la ?o?er¨ªa de parar por cualquier ca¨ªda. As¨ª vimos a Etaki burlarse de todos en el Camp Nou, o a Correia caer fuera del campo y reingresar en ¨¦l para dar tiempo a que su sustituto calentara. (Hay que consignar aqu¨ª que nuestros ¨¢rbitros son cada vez m¨¢s p¨¢nfilos en este aspecto). Esto acabar¨¢ inevitablemente en dos tiempos de media hora, parando el reloj y sirenazo al final, tipo baloncesto.