Florentino vuelve a salvar el f¨²tbol
Salgo de este cierre de mercado como del cuarto de mi hijo despu¨¦s de dormirlo tras un largo d¨ªa de verano. Todos los ni?os son un poco Obafemi Martins: corren sin saber uno muy bien hacia d¨®nde. Atr¨¢s quedan los chapuzones, las ri?as, su coqueteo permanente con el descalabro. Cierro la puerta agotado pero feliz. El f¨²tbol, como mi hijo, puede ser err¨¢tico y puntualmente insoportable, pero no es la ruina griega que nos vendi¨® Florentino P¨¦rez hace unos meses. Eso pienso mientras apago la luz y me atrapa esa paz extra?a que da la confianza en un futuro mejor. Que este Madrid humilde haya ofrecido doscientos kilos por un futbolista que puede llegar gratis ma?ana me emociona. No estamos tan mal. El entierro del f¨²tbol que Florentino agend¨® para 2024 en su atribulada exposici¨®n de la Superliga, tendr¨¢ que esperar.
Tras esta reflexi¨®n de aficionado de un club peque?o, que se alegra de que la rueda siga girando por si en alg¨²n momento de la historia consigo subirme a ella como un h¨¢mster borracho y dar al menos una triste vuelta, pienso en el madridista. Al principio todo fue verbena, pero desde que la tratativa con Mbapp¨¦ se deshinch¨® (curiosamente, cuanto m¨¢s dinero ofrec¨ªa el Madrid, m¨¢s lejana parec¨ªa una alegr¨ªa) empez¨® a circular la lectura pocha de que el Madrid "hab¨ªa hecho lo que hab¨ªa podido". An¨¢lisis tramposo. ?Desconoc¨ªan la fortaleza del PSG antes de lanzarse contra el muro? Jurisprudencia hay al respecto.
Las carpetas Verratti y Neymar no se archivaron hace tanto tiempo. A estas alturas, el ¨²nico modo de enterrar este fracaso estrepitoso, este desgaste suicida, es rezar para que Mbapp¨¦ acabe llegando libre. "Nos ahorramos doscientos y ver¨¢s el plantill¨®n del a?o que viene", dicen los soldados de la causa.
Tambi¨¦n hay quien pierde el autob¨²s y lo toma como un ahorro. Mientras observaba la cacareada negociaci¨®n por Mbapp¨¦ he recordado el viejo truco de Adriano Galliani. En 2015 se plant¨® en casa de Mattia Destro, frente a todas las televisiones, para llamarle por el telefonillo y escenificar as¨ª el enorme inter¨¦s que depositaba el Milan en su contrataci¨®n. Nunca Galliani cay¨® tan bajo ni Destro subi¨® tan alto. Como en aquel episodio del siempre descacharrante calciomercato italiano, el ¨²nico ganador de esta operaci¨®n es el pretendido. El resto es vasallaje.
Incluso en un vestuario en el que se visten Messi y Neymar, Kylian Mbapp¨¦ puede atarse las botas sabiendo que el club m¨¢s importante de la historia va a darle lo que pida. En la pr¨®xima negociaci¨®n tendr¨¢ la sart¨¦n por el mango. Si finalmente viste de blanco, con su n¨®mina, no tendr¨¢ que soltar el mando airado como yo cuando veo en los informativos lo de la subida de la luz.