Y si no, nos enfadamos
La columna futbol¨ªstica de un 1 de septiembre ser¨¢ melanc¨®lica o no ser¨¢. Quiz¨¢ incluso nazca fiambre antes de empezar el d¨ªa. Como el cad¨¢ver de William Holden en la piscina de El crep¨²sculo de los dioses, titulazo que lo mismo vale para traducir el Sunset Boulevard de Billy Wilder que como eufemismo nuestros ¨²ltimos d¨ªas del verano, o, sobre todo, para enmascarar este tiempo hist¨®rico en el que Messi y Cristiano, los dominadores de toda una ¨¦poca, gestionan su oto?o en el f¨²tbol viendo c¨®mo Mbapp¨¦ y Haaland generan las expectativas que ellos tienen cada vez m¨¢s dif¨ªcil mantener.
En este post f¨²tbol con el que malvivimos, la resaca del mercado de fichajes ha eclipsado a los propios resultados de las primeras jornadas de Liga. Como en la bolsa, donde se manejan sin rubor opciones sobre acciones, donde las proyecciones se valoran por encima de la realidad, donde las criptomonedas cotizan al alza frente a las divisas reales, todo lo que rodea al f¨²tbol se ha convertido en un tuya-m¨ªa entre ilusiones e insatisfacciones que ya no depende del juego en el campo sino en los despachos. La pregunta es qu¨¦ pasar¨ªa si las ventanas de traspasos durasen todo el a?o, si este Monopoly acabar¨ªa por sustituir al bal¨®n. El problema no ser¨ªa ahora que las nuevas generaciones ya no viesen partidos enteros, como bien vislumbr¨® Pablito Aimar, sino que los intr¨ªngulis de un fichaje vendiesen m¨¢s que el propio juego a un p¨²blico que busca (cualquier) suspense.
M¨¢s perdido que aquel Joe Gillis, el guionista que empieza a narrar el ocaso de Norma Desmond con tres balazos en el cuerpo flotando boca abajo en la pileta, este columnista observa que la realidad del futbolero moderno se parece m¨¢s a una pel¨ªcula de Bud Spencer y Terence Hill (y qu¨¦ sorpresa el d¨ªa que descubrimos que eran italianos) en la que no se colman sus expectativas con los fichajes. Y si no, nos enfadamos. En plena fecha FIFA, de baj¨®n de selecciones, querido aficionado al f¨²tbol moderno, tienes dos trabajos, enfadarte y desenfadarte. ?nete a la melancol¨ªa: es 1 de septiembre.