F¨²tbol 'beach club' Barcelona
A la carta remitida por Josep Mar¨ªa Bartomeu respondi¨® el actual presidente como cabr¨ªa esperar en un momento tan complicado: arroj¨¢ndole a la cabeza el lapicero, la grapadora, la fotocopiadora, el escritorio y una caja de caudales con tantas telara?as que los siguientes en demandar al Bar?a podr¨ªan ser la Marvel y los herederos de Stan Lee y Steve Ditko. Ni el propio Spider-Man, con todo su sentido ar¨¢cnido y en reluciente uniforme azulgrana reci¨¦n planchado, habr¨ªa sido quien de esquivar con ¨¦xito la bater¨ªa de r¨¦plicas y acusaciones vertidas por Laporta como anticipo de lo que est¨¢ por venir: la explicaci¨®n detallada de la due dilligence y la m¨¢s que probable acci¨®n de responsabilidad contra quienes actuaron con total ausencia de ella.
Asustan las cifras pero sobre todo asusta la total sensaci¨®n de impunidad con que parec¨ªa manejarse una junta que fue capaz, incluso, de desatender los informes t¨¦cnicos que la advirtieron del peligroso estado en que se encontraban algunas zonas del Camp Nou, ya en 2019. Y es que, siendo grave la situaci¨®n econ¨®mica que Bartomeu deja como legado, lo que no cabe en cabeza humana es el grado de sangre fr¨ªa necesaria para jugar a la ruleta rusa con la tragedia y confiar la integridad f¨ªsica de trabajadores y visitantes del estadio a los ¨¢ngeles o a los santos, seguramente mediante un sistema de cobros fraccionados para que la divina minuta evitase los controles pertinentes: "Ese era su modus operandi", explic¨® un Laporta que vuelve a ser el presidente coraje que muchos a?oraban.
Ni siquiera las cuatro pancartas aparecidas anteayer en los aleda?os del Camp Nou -todas con la misma caligraf¨ªa, por cierto- son capaces, ya, de desviar la atenci¨®n de una masa social que admira espantada su obra. Hoy, m¨¢s que nunca, conviene recordar que, incluso despu¨¦s de haber endosado al Bar?a dos delitos fiscales a cambio de evitar su propia responsabilidad, los socios le concedieron una mayor¨ªa aplastante para gobernar el club a su antojo. Y eso hizo un Bartomeu que, al menos de momento, parece dispuesto a quitarse las penas bailando: bienvenidos, para bien o para mal, al F¨²tbol 'Beach Club' Barcelona.