Yo soy espa?ol, espa?ol¡
Pocas cosas, cada vez menos, me permiten recuperar el sentimiento patriotero de la infancia. Los Juegos son desde luego una de ellas. Ese juego de la guerra con sus banderas y uniformes y sin muerte. Voy con los equipos y deportistas espa?oles sin complejos. Son los m¨ªos, el orgullo nacional sin contaminaci¨®n. Me gusta pensar que si un pirag¨¹ista saca medalla se debe al esfuerzo de la educaci¨®n deportiva p¨²blica. Me gusta conservar esa sensaci¨®n irracional que tiene mi hija de cinco a?os que ve una bandera en un balc¨®n de un vecino de VOX y me grita: "?Mira pap¨¢, la bandera de Espa?a!". Bendita inocencia.
Esa identificaci¨®n inocente con la bandera se acaba pronto. Sobre todo para un vecino de Madrid, como es mi caso, en el que la bandera es un arma arrojadiza de la derecha, excluyente, b¨¢rbara y sectaria. Es dif¨ªcil. Pero no me quita el sue?o. Me duele m¨¢s perder la virginal afici¨®n por los deportistas ol¨ªmpicos espa?oles. Esos currelas del deporte que durante unas semanas son h¨¦roes de representaci¨®n ciudadana. Sin embargo, el mundo de la grosera pol¨ªtica no deja cent¨ªmetro cuadrado sin intoxicar.

En 2004 me iniciaba en mi oficio como becario veraniego en Deportes de Informativos Telecinco. Acud¨ª a una visita al COE de despedida de los judokas ol¨ªmpicos para Atenas. Me sorprendi¨® ver con el kimono a deportistas de m¨²ltiples or¨ªgenes. Le pregunt¨¦ a Jaime Lissavetzky si se sent¨ªa c¨®modo con esas nacionalizaciones. Me mir¨® indignado y me respondi¨®: "Espa?a es un pa¨ªs diverso con inmigraci¨®n y los deportistas son un reflejo de esa sociedad". Me call¨®, lo reflexion¨¦ y me indign¨¦ por muchos a?os porque esos deportistas no eran ecuatorianos, ni marroqu¨ªes, ni chinos¡ Eran cubanos, como Niurka Montalvo, Orlando Ortega o el boxeador Enmanuel Reyes Pla, nacionalizado de excepci¨®n en enero del a?o pasado por "ser favorable para las aspiraciones de Espa?a en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos". Lo sentimos, emigrantes del estrecho, pero no aport¨¢is al medallero as¨ª que largo de aqu¨ª.