Con el desfibrilador a mano
A varios equipos espa?oles les ha dado por ganar in extremis en los Juegos Ol¨ªmpicos. El equipo femenino de baloncesto se impuso a Corea del Sur por cuatro puntos. La selecci¨®n de f¨²tbol derrot¨® a Australia con un gol de Oyarzabal en el minuto 81, despu¨¦s del ¨¢rido partido con Egipto. Y en el balonmano conviene ver los partidos con un tranquilizante en el bolsillo. Espa?a derrot¨® a Noruega en el ¨²ltimo segundo, con un lanzamiento de penalti que transform¨® Aleix G¨®mez. Dos d¨ªas antes, venci¨® a Alemania por un gol de diferencia y un final igual de angustioso.
Parece que el deporte espa?ol se mueve bien en el alambre. David Valero logr¨® el bronce en la prueba de mountain bike despu¨¦s de remontar a un ej¨¦rcito de rivales. En los primeros kil¨®metros de la prueba, su nombre no figuraba en las clasificaciones parciales que aparec¨ªan en las pantallas de televisi¨®n. Es normal cuando alguien figura en el puesto 35, a una distancia sideral de los primeros, con un hervidero de gente por delante y un trazado que invita a partirse la crisma.
Un temprano enganch¨®n le releg¨® en los ¨²ltimos vagones de la prueba. Su improbable remontada no mereci¨® la atenci¨®n televisiva. La escalada de Valero se observ¨® cuando su nombre empez¨® a figurar en las clasificaciones y en los comentarios de los narradores. De las sombras salt¨® a las 15 primeras posiciones, donde nada hac¨ªa presagiar la medalla, excepto su potencia para superar adversarios en un suspiro.
El problema radicaba en el tiempo, en el escas¨ªsimo margen que ten¨ªa para descontar rivales y alcanzar un lugar en el podio. Como en las pel¨ªculas de suspense, donde el caso se resuelve a ¨²ltima hora y con un final inesperado, las c¨¢maras detectaron a Valero en el ¨²ltimo instante, al borde de la meta, sin un rival cerca. De la Siberia de los primeros kil¨®metros al podio ol¨ªmpico, una remontada que se escuchar¨¢ pero que apenas se vio.
El deporte espa?ol no sol¨ªa resolver los finales apretados en los Juegos Ol¨ªmpicos. Era cosa de alemanes o italianos, de pa¨ªses con gran tradici¨®n deportiva, acostumbrados a manejarse con seguridad y obtener medallas. Hasta 1992, Espa?a fue una nota a pie de p¨¢gina en las Olimpiadas. En Barcelona logr¨® 22, el doble de todas las que hab¨ªa conseguido en todas las ediciones anteriores, desde 1896.
El deporte espa?ol ha girado desde entonces. Las mujeres se han incorporado con una fuerza admirable y la famosa tradici¨®n individualista ha dado paso a una ¨¦poca de poder¨ªo colectivo. Pocos pa¨ªses est¨¢n tan representados como Espa?a en los deportes de equipo, y en varios de ellos con la etiqueta de aspirantes al podio.
Hace tiempo que los equipos espa?oles se mueven m¨¢s que bien en los finales ajustados, s¨ªntoma de su continuada presencia en los principales acontecimientos deportivos. Sucede en todas las categor¨ªas y no decae. Esa querencia irremediable por el drama es un explosivo factor de enganche en el jet lag de andar por casa que son los Juegos Ol¨ªmpicos para los telespectadores. Con un desfibrilador a mano, se llevar¨ªa mejor.