Hablar, callar, gritar
Dec¨ªa Maradona que los ricos hablan muy despacio porque saben que nadie les va a interrumpir. De la misma forma, hay personas que acaparan toda la conversaci¨®n durante una cena o una charla. El poder no s¨®lo consiste en ser escuchado sino tambi¨¦n, como en Roland Garros, en obligar a hablar a quienes no desean hacerlo. Un caso aparte es el colectivo arbitral que disfruta del incre¨ªble lujo de no hacer declaraciones. Es el famoso "Avui, aix¨° no toca" de Pujol o "La segunda pregunta, ya tal" de Rajoy. La autoridad se ejerce tambi¨¦n imponiendo el tema sobre el que se habla o decidiendo a qui¨¦n se escucha y a qui¨¦n no. O qui¨¦n puede ser multado por hablar.
Uno de los poderosos m¨¢s angustiados con las cosas del power es el presidente de la UEFA que cada vez que habla parece que grita. Quiere ser due?o de la pelota, la palabra, la simbolog¨ªa, la est¨¦tica¡ De todo. Amenaza sin base legal a los clubes d¨ªscolos, pero ante la homofobia h¨²ngara, tard¨® en tomar medidas. Las palabras de reprobaci¨®n, por fin, les han hecho reaccionar. Y es que hay muchos tipos de silencio. Est¨¢ nuestro silencio c¨®mplice frente al Mundial de Qatar o el silencio culpable de todos aquellos directivos que callaron cuando Bartomeu contrat¨® a 13Ventures para hablar mal de jugadores y directivos rivales. Tambi¨¦n es importante escoger 'd¨®nde' se habla. Las palabras que se dicen en un chiringuito nocturno cualquiera se llenan de aceite pringoso y pierden valor.
Zidane, siempre atento a los detalles, es muy consciente de la importancia del escenario y para despedirse del Real Madrid, escogi¨® la palabra escrita frente a la palabra hablada, como un emperador romano. En Diario As, claro. Ah¨ª, se?al¨® de manera muy educada una obviedad, que conviene recordar de vez en cuando: a la mayor¨ªa de los periodistas no les importa el f¨²tbol sino el basurero que lo rodea. No buscan la reflexi¨®n sino la reacci¨®n. Lo ¨²nico que ped¨ªa Zidane era la vuelta a la conversaci¨®n.
El mejor de todos es Messi: su silencio suena tan alto que asusta. La poes¨ªa la deja para el campo.