No son l¨¢grimas en la lluvia
No hubo a lo largo de los combates que mantuvo Pedri con el destino del f¨²tbol durante los d¨ªas de la Eurocopa en los que desfalleciera su vocaci¨®n de ganar.

En un tiempo Wembley, es decir, Londres, era la capital ansiada por los canarios que emigraban a Inglaterra a ganarse la vida. Un canario de ahora, Pedri Gonz¨¢lez, de Tegueste, Tenerife, jugador de f¨²tbol, ha fertilizado ese c¨¦sped legendario con l¨¢grimas que son las huellas que su coraz¨®n dibuja en el espejo del futuro. No son l¨¢grimas en la lluvia; la potencia que hay detr¨¢s del arrojo de este joven de dieciocho a?os fue resumida por el seleccionador, Luis Enrique, con una comparaci¨®n audaz pero certera: nadie ha sido capaz de haza?as como esta que rompi¨® al fin el coraz¨®n a un adolescente del Talism¨¢n de Tegueste.
No hubo a lo largo de los combates que mantuvo Pedri con el destino del f¨²tbol durante los d¨ªas de la Eurocopa en los que desfalleciera su vocaci¨®n de ganar jugando con compa?eros que en seguida confiaron en su capacidad para organizar la raz¨®n que marca el f¨²tbol: la asociaci¨®n basada en la raz¨®n invariable del juego, la calidad.
Desde que lo vi llorar record¨¦ estos versos de Rudyard Kipling para un joven, que, como ¨¦l, transitaba por las dudas de la vida: "Si llenas el minuto inolvidable y cierto,/ de sesenta segundos que te lleven al cielo¡/ Todo lo de esta tierra ser¨¢ de tu dominio/ y mucho m¨¢s aun: ser¨¢s Hombre, hijo m¨ªo". Eso vino a decir Luis Enrique para secar las l¨¢grimas de Pedri.