Busquets despierta los mejores recuerdos
Espa?a abri¨® el grifo de los goles y logr¨® la mayor goleada en una Eurocopa desde 1984, dato que indica la misteriosa complejidad del f¨²tbol. Un equipo seco se volvi¨® desbordante, y lo hizo en un partido que ten¨ªa miga. El peor rival de la selecci¨®n no era Eslovaquia, sino las dudas y la presi¨®n que hab¨ªa acumulado en los dos primeros encuentros. Los ¨²ltimos minutos frente a Polonia manifestaron una angustia que parec¨ªa menos relacionada con el juego que con las sensaciones. Parec¨ªa que esta Eurocopa ven¨ªa cruzada. Con muy poco, Suecia y Polonia obtuvieron mucho. Ni un penalti en el momento adecuado le sirvi¨® a Espa?a, que se meti¨® en un atolladero del que sali¨® rampante.
Luis Enrique modific¨® el equipo y los cambios funcionaron. Utiliz¨® jugadores nuevos -Azpilicueta, Eric Garcia. Busquets y Sarabia- en las tres l¨ªneas. Todos funcionaron, con Busquets a la cabeza. Es el ¨²ltimo representante de la mejor generaci¨®n que ha visto el f¨²tbol espa?ol, un jugador que invita a pensar la clase de Selecci¨®n que era aquella. Todav¨ªa hoy, con 32 a?os, Busquets ofrece recursos de alt¨ªsimo nivel, una sabidur¨ªa que le resulta imprescindible al equipo.
Busquets necesita una Selecci¨®n compacta, arm¨®nica y r¨¢pida. Su influencia se pierde en los equipos largos y desorganizados. No le conviene correr hacia atr¨¢s, ni encontrar a los jugadores dispersos. Es dif¨ªcil identificar un medio centro mejor Busquets cuando prevalece el orden, el latido cartesiano, en el campo. Es un jugador de magnitud hist¨®rica que probablemente no ha recibido el aprecio mundial que merece, excepto para los profesionales. Los entrenadores le adoran.
La naturalidad de Espa?a se detectaba en la alineaci¨®n. Azpilicueta ingres¨® por Llorente. Un lateral de toda la vida por un jugador que ha tenido un alto impacto como atacante. El experto defensa del Chelsea se adopta como un guante al esquema de tres centrales, aportaci¨®n m¨¢s que valiosa cuando se re¨²ne con Eric Garcia, un central muy joven que ha jugado poco esta temporada, pero con un plus important¨ªsimo: sabe jugar, y muy bien.
Laporte tambi¨¦n se benefici¨® de la presencia de Azpilicueta y Eric Garcia. Regres¨® a su posici¨®n natural, a la izquierda. La dupla Laporte-Pau Torres, dos zurdos cerrados, no dio la impresi¨®n de mezclar bien en los dos primeros encuentros. Ayudara o no Eslovaquia, cuyo ataque nunca se hizo sentir en el encuentro, la defensa espa?ola no cometi¨® un error, al contrario que en los dos partidos anteriores.
Busquets dirigi¨® las operaciones en el v¨¦rtice de su tri¨¢ngulo con Koke y Pedri. La producci¨®n de Koke fue extraordinaria, una de sus mejores actuaciones en la Selecci¨®n, donde rara vez ha rendido a la altura de su desempe?o en el Atl¨¦tico de Madrid. Record¨® su partidazo frente a Alemania, en otro d¨ªa de grifo abierto. Seis goles, en aquella ocasi¨®n. Cinco esta vez.
Durante media hora, Espa?a jug¨® para ganar con comodidad, pero sin pasar del empate de costumbre, precedente de la angustia y sus consecuencias. Morata no emboc¨® el penalti, el quinto consecutivo que no convierte la Selecci¨®n, y la sospecha de la maldici¨®n se agigant¨®. El portero eslovaco se encarg¨® de disiparla.
El recorrido del encuentro permiti¨® que los jugadores se expresaran sin las tensiones previas. Sarabia respondi¨® mejor que nunca en un ataque que no ces¨® en ning¨²n momento, pero sin el concurso de Morata en los goles. Ser¨ªa muy mal negocio para ¨¦l y para el equipo que interiorizara este arranque de la Eurocopa como una insoportable nube negra.