La espantada de Tokio
A un mes de la inauguraci¨®n de los Juegos, el chorreo de renuncias en los deportes m¨¢s profesionalizados es abrumador. En el tenis se han bajado Nadal, Bautista, Ramos, Munar, Alcaraz y Feliciano. En el golf, Sergio Garc¨ªa y Cabrera-Bello. Y en el baloncesto, Mirotic e Ibaka. Estos ejemplos se reducen ¨²nicamente al deporte espa?ol, pero la espantada internacional tambi¨¦n es amplia: LeBron, Jokic, Thiem, Adam Scott, Shapovalov, Gar¨ªn¡ Y habr¨¢ que ver qu¨¦ ocurre con el ciclismo, donde ya se ha borrado Alaphilippe. La lista de bajas seguir¨¢ creciendo. Estos deportes, a diferencia de otros, no necesitan los Juegos Ol¨ªmpicos. Una medalla siempre gusta, pero los intereses deportivos de estos deportistas proyectan m¨¢s all¨¢ de un podio en Tokio. Tienen objetivos superiores.
Para un tenista es m¨¢s importante conquistar un Grand Slam, o incluso un Masters 1.000, y a veces simplemente mejorar su ranking. Para un baloncestista, el anillo de la NBA o la Euroliga son retos predominantes, tanto como cuidarse para asegurar un buen contrato. Para un ciclista, una gran vuelta o un monumento son el z¨¦nit de su carrera. Para un golfista, el reino es un major o el PGA Tour. Incluso Sergio ha puesto la excusa de la Ryder Cup, que sit¨²a en un pelda?o m¨¢s alto. Todos se mueven con horizontes distintos. Cuando el COI abri¨® la puerta a estos profesionales, con el consecuente aumento de atractivo, tambi¨¦n sab¨ªa que estas huidas podr¨ªan ocurrir. De hecho, ya sucedieron masivamente en el b¨¦isbol. Y en el hockey hielo. Para colmo, los Juegos de Tokio son peculiares por su aplazamiento de un a?o y por la persistencia de la pandemia. Los calendarios internacionales est¨¢n trastocados. Y la burbuja japonesa tampoco convence. En los deportes ol¨ªmpicos cl¨¢sicos, como el atletismo, la nataci¨®n y la gimnasia, no hay renuncias. Para ellos, los Juegos s¨ª son el sumun. Esa es la diferencia.