El d¨ªa de asumir el descenso
Tengo que confesarles que por alguna raz¨®n m¨¢s all¨¢ de lo l¨®gico, nunca termino de aceptar un descenso del Real Valladolid, y me ha tocado vivir profesionalmente varios, hasta que en las p¨¢ginas y en la web de AS pasamos a estar con los equipos de Segunda. Hasta ese momento parece que todo ha sido una pesadilla, que seguimos estando entre los 20 mejores, que nuestro h¨¢bitat natural es la Primera Divisi¨®n. Y no. En este peri¨®dico ya hemos pasado a Segunda y no aparecemos con Barcelona, Real Madrid, Valencia o Betis, sino que, con todo el respeto, aparecemos ya con el Amorebieta, el Ibiza o la Real Sociedad... B. No hay vuelta atr¨¢s, al menos hasta el mes de junio de 2022.
Ya pensamos en el intento de asalto al ascenso, ya tenemos director deportivo y entrenador y una larga, largu¨ªsima, lista de jugadores en plantilla. Algunos se quieren ir, evidentemente, porque van a ganar la mitad en Segunda, pero deber¨ªan saber que son de Segunda porque ellos nos trajeron hasta aqu¨ª. Podemos discutir cu¨¢l es el punto de inflexi¨®n, cu¨¢ndo el equipo entr¨® en barrena, qu¨¦ momento fue el determinante del descenso. Yo lo tengo claro: la semana en la que un grupo de futbolistas del Real Valladolid se van a una fiesta en Madrid y vuelven contagiados. El club manda a todos los jugadores a casa, era semana de partidos internacionales, y dos de ellos deciden que se van a su isla. Sergio Gonz¨¢lez, Miguel ?ngel G¨®mez y Matt Fenaert se enteran y deciden multarles y el presidente Ronaldo Naz¨¢rio elimina la sanci¨®n con el argumento de que "esto no es un cuartel militar". El brasile?o se gan¨® a dos futbolista e incendi¨® la caseta... un poco m¨¢s. Ya nada volvi¨® a ser igual. Con jugadores que no se hablaban y malas caras. Luego est¨¢ el argumento futbol¨ªtico, o la falta de ¨¦l en muchos encuentros, pero aquellas dos semanas para m¨ª fueron claves.
Y es que ser¨ªa bueno que el presidente, que fue un futbolista extraordinario, se quitara ya la camiseta de jugador y empezara a pensar como presidente. Un padre no puede ser amigo de su hijo. Un presidente de club tampoco lo puede ser de sus jugadores. Es una equivocaci¨®n tratar de recrear una versi¨®n pucelana de los "gal¨¢cticos" con frases como "a los jugadores hay que tratarlos como estrellas de Hollywood", ofreci¨¦ndoles todo tipo de caprichos. Ronaldo es buena persona y generoso, pero en este punto se equivoca. ?l, que ha sido futbolista, de los mejores de la historia, deber¨ªa saber parar esta ruta hacia la comodidad y la complacencia. Porque ese camino nos llev¨®, de momento, a Segunda. Y es que ya lo dice AS. Somos de Segunda.