PASABA POR AQU? | SERGIO CORTINA
Viva la regla del gol visitante
Nos bombardean con innovaciones en aras de la justicia futbol¨ªstica pero el f¨²tbol es imperfecto e injusto por naturaleza.
Cuando el qu¨ªmico alem¨¢n Joseph Wilbrand descubri¨® el TNT solo lo usaba como tinte de un bonito color similar a la miel. El infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones. Llevo toda la tarde pensando en Joseph y maldiciendo al que invent¨® la vuvuzela desde que le¨ª que la UEFA quiere abolir la regla del gol de visitante. Seguramente ser¨¢ porque me estoy haciendo viejo, pero siento que el f¨²tbol que conocimos es como la llama de una vela apag¨¢ndose hasta dejar la habitaci¨®n oscura.
La regla del gol visitante comenz¨® a aplicarse en la Recopa de 1965. Naci¨® para evitar los desempates. Los viajes eran aventuras fatigosas y como consecuencia de ello los equipos apenas ganaban el 16 % de sus encuentros como visitante. Entonces alguien decidi¨® darle al burro una sabrosa zanahoria con la que recompensar su sufrimiento. Funcion¨®. La regla naci¨® tambi¨¦n para incentivar el juego ofensivo, pero con el tiempo trajo justamente lo contrario. Racaner¨ªa y contragolpe. A los detractores los ha representado bien Ars¨¨ne Wenger durante a?os. Amarrar un 0-0 en casa nunca le pareci¨® ning¨²n motivo de fiesta al esteta franc¨¦s.
Me molesta la abolici¨®n de la regla y no porque suponga un cambio. Sucede que desconf¨ªo de los motivos. Nos bombardean con innovaciones en aras de la justicia futbol¨ªstica pero el f¨²tbol es imperfecto e injusto por naturaleza. Con ese desd¨¦n nos enamor¨®. Prefiero una regla indiscutiblemente cruel (unos goles valen m¨¢s que otros) pero que nos regale momentos de absoluta electricidad. El Barcelona so?ando y ejecutando aquella gloriosa remontada frente al PSG es solo un bot¨®n de una muestra innumerable.
En el f¨²tbol no cabe un genio m¨¢s. En mitad de la plaza hay un caj¨®n de madera y la cola de iluminados esperando su oportunidad para subirse al p¨²lpito y salvarnos rodea el pueblo. Cuando no tiene nada que hacer el diablo espanta las moscas con el rabo. Antes de dormirme, miro al cielo por la ventana, entorno los ojos y pienso que quiz¨¢, en alg¨²n rinc¨®n del mundo, haya alguien pensando que este deporte funciona porque es primitivo y simple. Porque es un juego tan azaroso como la vida. Porque abraza del mismo modo a los estetas que a los que vivimos colgados del larguero.