El Deportivo pierde¡ Rub¨¦n de la Barrera, m¨¢s
Esta semana estaba se?alada en el calendario del Deportivo para anunciar la renovaci¨®n de Rub¨¦n de la Barrera. Sin embargo, ha sido la de un nuevo terremoto con un protagonista habitual en la ¨²ltima d¨¦cada: el banquillo. Cuando en la Plaza de Pontevedra se esperaba el ¡®s¨ª¡¯ del novio, se encontraron con un nuevo pretendiente llamado Las Palmas que acab¨® dinamitando todos los planes. Rub¨¦n de la Barrera entiende que era un simple coqueteo ¡®profesional¡¯ y que adem¨¢s pidi¨® permiso. En el club, que despu¨¦s de dos semanas de espera no ten¨ªa un pase que le pidiesen esperar un par de d¨ªas m¨¢s en el altar a ver si la nueva novia canaria dec¨ªa s¨ª o no. Ser segundo plato, por mucho que est¨¦s en Segunda B, nunca gusta a nadie, pero todav¨ªa menos cuando llevas varios d¨ªas organizando la boda codo con codo con el novio. Como por ejemplo, descartes y posibles fichajes. Cada uno es libre de decidir si fue una infidelidad insoportable o una pataleta infantil, pero lo cierto es que ha sido una ruptura de un matrimonio de conveniencia en la que pierden todas las partes.
El golpe para el Deportivo es duro porque la inestabilidad en el banquillo ha sido en gran parte el germen de una ca¨ªda que empez¨® en Primera y que parece no tener fin. Adem¨¢s, y pese a que sus resultados y f¨²tbol no fueron precisamente para tirar cohetes, la figura de Rub¨¦n de la Barrera hab¨ªa logrado un consenso casi total. Coru?¨¦s, joven (36 a?os), con una propuesta atractiva y un entorno con una enorme fatiga pand¨¦mica por los constantes cambios en el banquillo. Una gran parte de la afici¨®n, plantilla e incluso el Consejo pensaban y ped¨ªan continuidad. Ahora, una vez m¨¢s, toca casting para el banquillo y volver a empezar. Toca que el nuevo logre la aceptaci¨®n general y no se convierta en una nueva arma arrojadiza con frentes opuestos como por ejemplo ocurri¨® recientemente con una figura del tama?o de Fernando V¨¢zquez. Y claro, que luego gane.
Pero si el Depor ha perdido con esta decisi¨®n, que por cierto ha comunicado fatal, Rub¨¦n de la Barrera, m¨¢s. Hay que recordar que se le fich¨® para ascender, no para jugar en Primera RFEF con sudores. Que tuvo una vuelta completa para, al menos, meter al equipo entre los tres primeros. Y que no lo hizo. Que se qued¨® a un punto de la meta, curiosamente el punto en el que le super¨® V¨¢zquez en los mismos partidos (15 frente a 14). Pese a todo, en lugar de escuchar el habitual grito de ?Dimisi¨®n! el consenso sobre su continuidad sigui¨® intacto. El deportivismo que exhibi¨® una y mil veces en rueda de prensa vol¨® con una llamada desde Las Palmas.
En el Depor estaba en casa, en un proyecto que quiere y necesita apostar por la estabilidad, con un entorno perfecto y, adem¨¢s, con gran parte de las llaves de la planificaci¨®n en sus manos, algo casi in¨¦dito en la historia del club. Su reto era lograr el ascenso por obligaci¨®n, pero que se valorar¨ªa como un gran ¨¦xito por los constantes golpes de estos ¨²ltimos a?os. Su techo en Espa?a, hasta ahora, son 32 partidos en Segunda con la Cultural. Los otros 175 que ha dirigido fueron en Segunda B. Es posible que este verano le espere un banquillo de Segunda, pero estoy seguro que cuando camine por su nuevo Belgrado se acordar¨¢ que pudo hacerlo donde ¨¦l siempre dijo que quer¨ªa: el paseo mar¨ªtimo de A Coru?a.