Casi muertos
Bar?a, Madrid y Atl¨¦tico, cada uno a su manera, estuvieron casi muertos en alguna fase de la Liga. Los mirabas y pensabas: "Se acab¨®". En el caso del Bar?a, a falta de ser m¨¦dico y hablar con conocimiento de causa, dir¨ªa que despu¨¦s de estar casi muerto, y de estar vivo, ahora est¨¢ muerto constitucionalmente, en terminolog¨ªa de L¨®pez Garrido. Respecto al Madrid, es conocida su vocaci¨®n por vivir m¨¢s all¨¢ del ¨²ltimo minuto, lo que genera una fe inusitada en la victoria. Esa clase de fe que lleva a unos pocos aficionados incluso a protestar porque los ¨¢rbitros no los favorezcan. "Para qu¨¦ est¨¢n si no", pueden llegar a argumentar.
M¨¢s curiosa es la trayectoria del Atl¨¦tico, que estuvo casi muerto sin dejar de ocupar el primer puesto. "L¨ªder y cad¨¢ver", me escribi¨® un amigo cul¨¦ no hace mucho. Digamos que la agon¨ªa de Madrid y Bar?a fue m¨¢s fehaciente. Durante semanas, estuvieron descartados. Pod¨ªas dar por seguro que no hab¨ªa nada que hacer, como cuando I?aki Uriarte cuenta que en cierta ocasi¨®n una conocida suya empez¨® a llamar a los amigos m¨¢s pr¨®ximos para decirles que "el jueves me muero". Faltaban varios d¨ªas, lo que gener¨® escepticismo entre los allegados. ?C¨®mo pod¨ªa saber con precisi¨®n que fallecer¨ªa el jueves? Lo desconozco. Pero lleg¨® el jueves y se muri¨®.
Es dif¨ªcil que la Liga no te empuje de vez en cuando al precipicio, del que milagrosamente solo unos pocos quedan colgando, sin llegar a caer. Una compleja cadena de variables les permite sobrevivir y presentarse a dos jornadas del final con opciones de ganar. En un a?o tan extra?o, qui¨¦n sabe cu¨¢les son esas variables. A lo mejor todas las que se puedan imaginar. En ?ndice medio de felicidad, de David Machado, el protagonista argumenta que la felicidad es una ecuaci¨®n como otra cualquiera en la que se pueden colocar factores de todo tipo. "Amigos. Amor. Tiempo. Sue?os. Sed. Dolores de barriga. Esperanza. Envidia. El sabor de la comida. Ese tipo de mierdas", concluye. Lo mismo pasa con la victoria, que podr¨ªa pasar, seg¨²n algunos, por una variable tan leg¨ªtima como el robo.