Entrenamiento funcional de alta intensidad
Annie Thorisdottir: "Soy una atleta de ¨¦lite. Este no es mi cuerpo"
La islandesa y dos veces campeona de CrossFit Games sufre depresi¨®n posparto. Annie habla abiertamente sobre como se siente en una carta en Morning Chalk Up.
Annie Thorisdottir comparte una carta en Morning Chalk Up donde explica su experiencia como madre y atleta profesional de CrossFit.
Carta de Annie Thorisdottir
Despu¨¦s de tener a Freyja, tuve mi mejor momento y mi peor.
Cuando desapareci¨® el efecto de la adrenalina y la incontrolable monta?a rusa de emociones se hab¨ªa asentado, mi mundo parec¨ªa menos colorido de lo habitual cuando Freyja no estaba en mis brazos.
S¨ª, feliz, sonriente, en¨¦rgica, siempre enamorada de la vida Annie, sufriendo depresi¨®n posparto.
No quer¨ªa salir. No quer¨ªa comer. No pod¨ªa dormir.
Cuando me miraba al espejo, no reconoc¨ªa lo que ve¨ªa.
Quiz¨¢s algunos comprendan de lo que estoy hablando.
Una barriga grande, blanda, carnosa y vac¨ªa.
Soy una atleta de ¨¦lite. Este no es mi cuerpo.
Durante mi embarazo, celebr¨¦ mi barriga porque estaba creciendo algo. Estaba orgullosa de la barriga y estaba ansiosa por conocer a mi beb¨¦. Pero ahora estaba all¨ª sin ninguna raz¨®n. No ten¨ªa ninguna funci¨®n. Estaba simplemente vac¨ªa.
Me mir¨¦ al espejo.
He pasado toda mi vida haci¨¦ndome m¨¢s fuerte, m¨¢s en forma, lista para cualquier prueba f¨ªsica que pudiera imaginar. Esperaba que el parto fuera otro workout que mi cuerpo pudiera soportar, pero no fue as¨ª. Mi cuerpo me defraud¨®.
Me mir¨¦ al espejo y pens¨¦ en mi trabajo de parto.
Tres d¨ªas de agon¨ªa. Ver mi propia sangre regresar a la v¨ªa intravenosa. Empujando y empujando, pero sin ver el final. Ser llevada a la sala de urgencia despu¨¦s de muchas horas de pujar.
Una habitaci¨®n llena de m¨¦dicos.
El sonido del aspirador.
El descanso lleg¨® cuando Freyja finalmente naci¨®, tranquila.
Los minutos de espantoso silencio, excepto por la fren¨¦tica conversaci¨®n sutil entre los m¨¦dicos que estaban con mi peque?a. Y entonces el grito.
Me mir¨¦ al espejo. Mi barriga. Mi vientre vac¨ªo. Mis abdominales debilitados y separados que tal vez nunca vuelvan a juntar.
Probablemente nunca volver¨¦ a entrenar como antes. Probablemente nunca volver¨¦ a ser yo.
?Por qu¨¦ soy tan ego¨ªsta preocup¨¢ndome por mi barriga, por m¨ª misma? Tengo esta preciosa beb¨¦ y necesito protegerla.
Me mir¨¦ al espejo. Cansada. Delirante. An¨¦mica. No hab¨ªa dormido en d¨ªas, y cuando dorm¨ªa solo era durante diez minutos. En el momento en que Freyja hac¨ªa un sonido, me asustaba y me sent¨ªa con mucha ansiedad. Todo lo que pod¨ªa pensar era en proteger a este peque?o beb¨¦ por el que har¨ªa cualquier cosa.
?Por qu¨¦ no tengo apetito? ?Ni siquiera para dulces o pizza?
Me mir¨¦ al espejo. Mi vientre estaba vac¨ªo. Estaba vac¨ªo.
Cinco d¨ªas despu¨¦s del parto, decid¨ª extraerme la leche y dejar que Frederik alimentara a Freyja, y despu¨¦s de tres horas y media de sue?o volv¨ª a ver la luz de nuevo. ?Quiz¨¢s todo iba a salir bien?
Hasta que me pas¨®
Realmente nunca cre¨ª en la depresi¨®n. Bueno, no es que no creyera en eso. Es solo que era tan extra?o para m¨ª. Simplemente no lo entend¨ª.
Y cuando me qued¨¦ embarazada de mi beb¨¦, especialmente no entend¨ªa c¨®mo las mujeres pod¨ªan terminar con depresi¨®n posparto.
?C¨®mo pudiste tener esta nueva personita que creaste y estar deprimido?
Estaba tan lejos de ser algo real para m¨ª.
Entonces me pas¨® a m¨ª.
No creo que haya llegado tan lejos en mi vida. Es una sensaci¨®n que ni siquiera sab¨ªa que pod¨ªa sentir. Lo ¨²nico que me hizo feliz fue abrazar a Freyja y estar con ella.
Segu¨ª teniendo recuerdos de mi traum¨¢tico parto. Eso lo empeor¨®, creo. Mis comadronas me dijeron que un parto natural ser¨ªa lo mejor para el beb¨¦, as¨ª que eso fue lo que hicimos. Segu¨ª empujando y empujando y empujando. No estoy seguro de por qu¨¦ los m¨¦dicos me dejaron seguir intent¨¢ndolo, y tal vez no deber¨ªan haberlo hecho, pero nada va a cambiar lo que sucedi¨®.
Cuando Freyja sali¨® y no respiraba, entr¨¦ en p¨¢nico.
?Hab¨ªa tomado la decisi¨®n equivocada de presionar tan fuerte? ?Le hice da?o?
No sab¨ªa de qu¨¦ otra manera afrontarlo. Confi¨¦ en m¨ª y en mi cuerpo para traer al mundo a mi beb¨¦ sano y salvo. En ese momento, estaba segura de que hab¨ªa fallado.
Tenemos que hablar de eso
Estaba aterrorizada de dejar a Freyja aunque fuera un momento. Pero sab¨ªa que ten¨ªa que hacerlo.
Mi madre se qued¨® con ella cuando sal¨ª de casa por primera vez desde que naci¨®. Todo lo que hice fue dar un paseo con Frederik. Fue aterrador, pero muy liberador.
Todav¨ªa hay un mundo entero aqu¨ª. Gente paseando a sus perros, haciendo sus compras.
De repente, todo lo ve¨ªa de otro color.
Me siento incre¨ªblemente afortunada.
Afortunada de tener personas en mi vida con las que pod¨ªa hablar, afortunada de que me sintiera c¨®moda hablando de lo que estaba sintiendo en los d¨ªas que siguieron al parto de mi beb¨¦.
Aunque me sent¨ªa culpable y avergonzada de lo que estaba sintiendo, decid¨ª hablar.
Y cuanto m¨¢s hablaba, cuanto m¨¢s le compart¨ªa a Frederik, a mi madre, en las redes sociales, m¨¢s apoyo recib¨ªa y m¨¢s f¨¢cil era. Y cada vez que compart¨ªa un fragmento de lo que experiment¨¦, parec¨ªa ayudar a alguien. Comenc¨¦ a hacer conexiones a¨²n m¨¢s profundas con mis amigos y seguidores, y eso me ayud¨®.
Compartir lo que pas¨¦ me quit¨® un peso de encima. La ansiedad, la culpa y la verg¨¹enza empezaron a perder su poder sobre m¨ª. Ya no ten¨ªa nada de qu¨¦ avergonzarme.
Nada que esconder.
Y mientras hablaba de eso, comenc¨¦ a sentirme m¨¢s c¨®modo saliendo de la casa. Empec¨¦ a sentirme lista para volver a establecer una rutina, para empezar a utilizar mi cuerpo de nuevo.
Recuperar la confianza.
Los primeros pasos fueron peque?os. Un paseo, subiendo las escaleras en lugar del ascensor. Cinco semanas despu¨¦s de dar a luz, me sent¨¦ en una bicicleta por primera vez y no puedo explicar con palabras lo liberadora que fue esa experiencia.
Puede parecer poca cosa, pero a menudo son las cosas m¨¢s peque?as las que pueden tener el mayor impacto y ayudar a cambiar las cosas. Hab¨ªa dado el primer paso para encontrarme de nuevo. Para comenzar mi vida con Frederik y NUESTRO beb¨¦.
Me siento muy afortunada.
Pudo haber sido mucho peor. Es para tantas mujeres, que quedan atrapadas con esos sentimientos, que sufren solas.
No somos nuestros pensamientos; somos nuestras acciones. As¨ª que no es algo que debamos esconder. No es algo de lo que avergonzarse. No es algo de lo que debamos evitar hablar.
Necesitamos hablar de eso.
Hablar de eso es lo que me ayud¨® a superar lo que experiment¨¦ despu¨¦s de mi primer embarazo, y s¨¦ que es lo que me ayudar¨¢ a superar otro embarazo porque definitivamente voy a tener m¨¢s hijos.
Tener a Freyja fue la sensaci¨®n m¨¢s asombrosa. A pesar de que me hund¨ª m¨¢s bajo que nunca antes, tambi¨¦n tuve el subid¨®n m¨¢s alto que he sentido antes. Yo nunca, ni siquiera por un momento, hubiera dicho que ella no val¨ªa la pena. Incluso si hubiera sido peor para m¨ª, incluso si nunca pude volver a competir, vali¨® la pena.
As¨ª que vale la pena.