Ceferin y los arbitrajes ante el Chelsea
Los ¨¢rbitros, como tanta gente, tienden a complacer a quienes tienen por encima, a quienes pueden acelerar o retrasar sus carreras. Los que m¨¢s prosperan no son estrictamente los que menos se equivocan, sino los que menos se equivocan de forma que contrar¨ªe al sistema. No se espera que ning¨²n ¨¢rbitro que llegue a un Mundial perjudique al equipo anfitri¨®n, ni a alguna de las selecciones con m¨¢s cartel, tradici¨®n e influencia, como Brasil, Alemania o Italia... salvo si acaso contra el equipo anfitri¨®n. Los grandes ¨¢rbitros viajan en las corrientes de chorro que circulan por la alta troposfera, como los aviones transcontinentales.
Todo partido tiene sus jugadas dudosas. Basta con fallarlas todas hacia un lado para dificultar o facilitar la victoria de alguien. No hacen falta excesos como los de Ovrebo o Aytekin, que por otra parte hoy no son posibles porque existe la red del VAR, ese filtro por el que ya no cuelan ruedas de molino. Es lo ¨²nico bueno que tiene. Pero hasta el VAR admite un sesgo, porque deja un margen (?qu¨¦ es ¡®error claro y manifiesto¡¯?) para que suene o no la alarma que insta al ¨¢rbitro de campo a ir a ver la pantalla. Con el sistema actual, el ¨¢rbitro de VAR es una segunda instancia que entra en pocas cosas pero claves: goles, penaltis y expulsiones.
En f¨²tbol no es posible enviar a un equipo arbitral a un partido con consignas, eso no se hace. Es m¨¢s sutil. Hoy veremos si el grupo de holandeses que env¨ªa la UEFA al Di St¨¦fano arbitra en pura conciencia o si act¨²a pensado si Ceferin preferir¨ªa en la final al arrepentido Chelsea o al empecinado Real Madrid. En todo caso, Zidane hace bien en pasar del asunto, como explic¨® ayer en la conferencia de prensa. Para ¨¦l, pensar en cosas ¡°que no podemos controlar¡± es perder tiempo y energ¨ªa mental. Lo bueno es que recupera jugadores y que la Champions levanta el ¨¢nimo del Madrid. Lo otro, ya lo veremos hoy en Madrid y el 5 en Londres.