La Euroliga no es tan Superliga
Esta semana arranca el playoff de la Euroliga. El martes debuta el Real Madrid ante el Efes turco. El mi¨¦rcoles lo har¨¢ el Barcelona ante el Zenit ruso de su viejo conocido Xavi Pascual. Lo ideal era escribir del Madrid de Pablo Laso, que retorna a Europa ya sin Gabriel Deck en sus filas, para afrontar una eliminatoria donde, por primera vez desde hace tiempo, no parte como favorito. O del nuevo Bar?a de Saras Jasikevicius, plagado de estrellas, que en el presente curso ha tomado el camino contrario a su antagonista, porque ha acabado l¨ªder de la fase regular y parte en el cruce como gran candidato al t¨ªtulo, a la altura del CSKA y del propio Efes. Sin embargo, la irrupci¨®n de la Superliga de f¨²tbol ha girado la mirada, irremediablemente, hacia el baloncesto, que ya pas¨® por esa convulsi¨®n, y todav¨ªa no ha salido de ella.
La Superliga tiene, a priori, un enorme parecido con la Euroliga, que acab¨® ganando el pulso en el baloncesto europeo a la FIBA, que en su d¨ªa tambi¨¦n amenaz¨® con dejar fuera a los jugadores de las selecciones. Y recul¨®. La herida sigue abierta, como hemos visto en el conflicto de las Ventanas. En este torneo no priman los m¨¦ritos deportivos, sino los puramente econ¨®micos. Un campe¨®n de una gran liga nacional se puede quedar fuera, si no cuadra a sus intereses. Si el Tenerife, actualmente tercero, ganara la ACB, no disputar¨ªa la pr¨®xima Euroliga, salvo que recibiera una improbable invitaci¨®n. Eso rompe con la tradici¨®n del deporte. Y hacia eso camina el f¨²tbol. Hay tambi¨¦n diferencias relevantes. Por un lado, que la locomotora del basket no es Europa, sino la NBA. All¨ª est¨¢ el principal negocio. Y, por otro, que la canasta no garantiza ganancias ni siquiera a los grandes del continente, cosa que en el balompi¨¦ se da por hecho. El Bar?a y el Madrid acumularon el ¨²ltimo curso p¨¦rdidas de 30 millones, con unos ingresos de 12. Ese agujero lo paga el f¨²tbol. La Euroliga, en este sentido, no es tan Superliga.