La Gabarra hace glu, glu, glu
El Athletic se ha convertido en un club perdedor. La historia reciente le se?ala como un equipo al que las finales le superan en lo an¨ªmico. Este no era el Barcelona de 2009.
El eterno perdedor. Pues ayer qued¨® oficialmente instituido: muchos nos moriremos sin volver a ver un Athletic campe¨®n. De Liga, Copa o Europa, digo, los torneos de verdad, no esa Supercopa que colma el apetito de clubes medianos. Cuatro goles en menos de un cuarto de hora dicen muy poco en favor de este club al que la responsabilidad de representar a un pueblo tan entregado y pasional le aleja del ¨¦xito. Sufri¨® como un condenado y con bal¨®n fue un cad¨¢ver. T¨¢cticamente el Bar?a cambi¨® cosas, con De Jong mucho m¨¢s profundo y Mingueza casi de lateral y no hubo capacidad de reacci¨®n. El bando cul¨¦ acab¨® coreando ol¨¦, ol¨¦ y ol¨¦, poca elegancia.
Koeman gan¨® la partida. Marcelino esta vez no se impuso en la partida t¨¢ctica, como en 2019. Arranc¨® con defensa muy baja, esperando acontecimientos. Ante la Real fue un fracaso absoluto, pero esta vez hasta en lo f¨ªsico, el ritmo y la intensidad parec¨ªa un zombi. La posesi¨®n cercana al 90% del Bar?a fue un mensaje demoledor. El equipo era un recadista asustado. Koeman us¨® varias alternativas, empezando por los tres centrales, y el Athletic tiene tan asentados sus fundamentos que si le var¨ªas la partitura, se queda tieso. Garc¨ªa Toral cambi¨® jugadores, pero mantuvo el dibujo. Superado.
Campe¨®n de los subcampeones. Al menos no hubo 50.000 impetuosos seguidores que se lanzaron a la carretera. Se evitaron las escenas de llantos como en otras noches. Este equipo es el campe¨®n de los subcampeones. El aplastamiento fue parecido al de Mestalla en 2009, aquel partido que abri¨® esta serie de amarguras. Por entonces se lleg¨® con 1-1 al descanso. ?Por qu¨¦ sali¨® Muniain si estaba cojo? No s¨®lo no toc¨® la Copa, tampoco el bal¨®n. Pero ?qu¨¦ m¨¢s da sobar el trofeo? ?l mismo ya lo dijo: se trata de jugar al f¨²tbol, no de atender a las supersticiones. Yuri y Yeray, los otros tocados, tampoco jugaron los 90 minutos. Otro torpedo a la Gabarra, que hace glu, glu, glu al fondo de la R¨ªa.
Llora Elizegi, no es para menos. El presidente del Athletic es un forofo de los grandes. Su cara en el palco era un poema. Lo de la Supercopa fue un espejismo. El t¨¦cnico nuevo e ir de tapado dispararon al grupo. El equipo no compareci¨® ayer y resulta dur¨ªsimo comprenderlo. Este resultado invita a una limpia, a pensar m¨¢s en los j¨®venes. No hay excusa. Marcelino tiene que encabezar esta revuelta. Ayer puso su once m¨¢s veterano, el de m¨¢s edad de toda la temporada y de buena parte de la anterior (desde enero de 2020). Y ese no es el camino.
Sin incidentes previos. La jornada de la final transcurri¨® en Bilbao con una normalidad que contrastaba con lo que sucedi¨® dos semanas atr¨¢s en las horas previas a que el Athletic disputara la edici¨®n de la Copa de 2020 contra la Real Sociedad. El pasado s¨¢bado 3, en pleno puente de Semana Santa y con buen tiempo, se vieron escenas lamentables. Al menos, esto qued¨® borrado.