Zidane y los desastres
Es complicado, en muchas ocasiones, no creer que eres lo que muchas personas creen que eres. Dios o calamidad, divino o in¨²til. Las loas y los venenos, en exceso, matan del mismo modo. Zidane, que ha domado a ambos extremos con la misma habilidad con la que acunaba la pelota, suele dejar que la realidad sea m¨¢s elocuente que las palabras porque a la hora de la verdad, estas, sirven de poco. En la conferencia de prensa de este s¨¢bado, ha vuelto a dar un magisterio de templanza ante la cr¨ªtica y el elogio: ¡°No soy un desastre, tampoco el mejor¡±. El franc¨¦s conoce este negocio, y todo lo que lo rodea, mejor que nadie. Ha sido sentenciado y absuelto con tanta frecuencia que se enfrenta a los juicios como quien acude al oftalm¨®logo. Al final, siempre sonr¨ªe cuando acaba la vista. Y la mayor¨ªa de las veces, levantando un t¨ªtulo.
Zidane es consciente de que el f¨²tbol es f¨²tbol pero tambi¨¦n es algo m¨¢s. Es industria, entretenimiento, programas de televisi¨®n, p¨¢ginas de peri¨®dico, minutos de radio, clics en p¨¢ginas web. Y fuego amigo. Por eso, en un mundo (y en un f¨²tbol) donde la regla es chocar, ¨¦l siempre encuentra el camino despejado. Sabe que no hablar de su futuro es su manera de agarrarse al presente porque el Madrid es eso, presente, por mucha historia que hiciera o que tenga por hacer. Que un tropiezo contra el Getafe volver¨¢ a cargar las bayonetas. Que de aqu¨ª al final de temporada volver¨¢ a haber semanas donde ¡°Zidane se la juega¡±. Que si el Madrid acaba la temporada en blanco, la maquinaria estar¨¢ engrasada para ponerse en marcha. Y tambi¨¦n sabe que diga lo que diga hoy a los medios ser¨¢n palabras mojadas dentro de un mes si el cemento se transforma en arenas movedizas. Porque lo ha vivido en sus carnes. No hay que echar la vista muy atr¨¢s. Hace un mes y medio. Hace tres meses. El a?o pasado. Justo antes de ganar la Decimotercera. A¨²n recuerdo los dardos que precedieron a la Und¨¦cima. El viento hace girar las veletas y un resultado cambia cr¨®nicas enteras.
La misma cordura exhibe ante las desgracias. En la conferencia de prensa no hubo ni un lamento por tener que presentarse ante el Getafe con una defensa en ruinas que minutos despu¨¦s fue declarada zona catastr¨®fica al conocerse la lesi¨®n de Mendy, uno de los pilares de la plantilla. Pero ah¨ª no acabaron los disgustos. Este domingo, el Madrid inform¨® que tampoco podr¨¢ contar con Valverde al estar en aislamiento por contacto con un positivo. Otro 'M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa' para un Zidane que, recapitulemos, va a Getafe sin Sergio Ramos, Varane, Nacho, Lucas, Mendy, Casemiro, Velverde, Carvajal y Hazard. Y no descarten que sea se?alado si el equipo no gana. El marsell¨¦s navega entre amenazas, paneg¨ªricos, debates sobre su figura y contratiempos abrazado con fe a su vestuario, a esos jugadores que le han hecho pasar de ser casi un florero que se sentaba en el banquillo por ser amigo de Florentino a uno de entrenadores m¨¢s exitosos de la historia. A ellos le debe gran parte de su ¨¦xito. El resto se lo debe a s¨ª mismo, a su evoluci¨®n como entrenador, a su capacidad para sobrevivir en el desastre de las lesiones y a su habilidad para caminar siempre en un t¨¦rmino medio en el que, como todos sabemos, habita la virtud.