Hora para la jerarqu赤a, no para apuntar maneras
Avisada por sus dos nerviosos partidos anteriores, la selecci車n se enfrenta a Kosovo, duelo in谷dito con flecos pol赤ticos -Espa?a no reconoce a su rival como naci車n- y con las expectativas rebajadas por el recorrido del equipo de Luis Enrique. Desde el Mundial 2006, no atravesaba por tantas dificultades para clasificarse. Tambi谷n entonces despertaba dudas, sostenidas por los hist車ricos reveses en Mundiales y Eurocopas. Cuatro a?os despu谷s, Espa?a era campeona de Europa y del Mundo.
No se espera de esta selecci車n una progresi車n semejante. Varios de los jugadores de aquella sensacional 谷poca se acercaban al c谷nit de sus carreras, que en la mayor赤a de los casos se hab赤a desarrollado sin el pl芍cet general. La mayor赤a disfrutaba de un tremendo palmar谷s en las categor赤as juveniles y Sub-21 de la Selecci車n, pero no invitaba al optimismo el desastre en la Eurocopa 2004 y los problemas para lograr una plaza en el Mundial 2006.
En ninguna encuesta figuraba Espa?a como favorito en los grandes torneos que significaron su eclosi車n. Fue un salto instant芍neo, originado por unos futbolistas que cumplieron las expectativas que hab赤an alimentado de juveniles. Casillas, Xavi, Iniesta, Xabi Alonso y Fernando Torres nos parecen ahora futbolistas de 谷poca, lo mismo que Puyol, Silva, Cazorla y Villa, pero todos fueron cuestionados en diversos momentos de sus carreras.
Tampoco esta edici車n de Espa?a tiene rango de favorita. Se parece al equipo que requiri車 una eliminatoria extra con Eslovaquia para jugar el Mundial de Alemania 2006, donde empezaron a despuntar Iniesta, Villa, Torres y Cesc F芍bregas. Aquella generaci車n no ha tenido igual, y esa es una gruesa diferencia con respecto al equipo actual, que tiene todo por crecer y demostrar. Pero en muchos aspectos, el clima es parecido: inquietud, resultados menos satisfactorios de lo esperado, mucha juventud y ocasionales estallidos de belleza.
El tercer plato de esta vertiginosa semana -empate con Grecia, victoria al borde del rigor mortis con Georgia- llega con la gente prevenida. Kosovo es un pa赤s nuevo en el concierto europeo del f迆tbol y por ahora no ha destacado. Su ubicaci車n s赤 permite pensar en un equipo de la escuela balc芍nica, y 谷sa es mucha escuela. Despu谷s del temblor que ha dejado el partido con Georgia, la selecci車n viene m芍s que avisada.
Luis Enrique ten赤a la obligaci車n de cambiar el paso generacional del equipo. Lo ha hecho sin el menor complejo, con buen criterio, pero probablemente sabedor de la irregularidad que estas revoluciones provocan. Tanto como la juventud, pesa un factor importante en el f迆tbol: la jerarqu赤a de los jugadores.
Varios jugadores no han podido participar -Carvajal, Sergi Roberto, Pau Torres, Ansu Fati, Gerard Moreno- por lesi車n y en el caso de Sergio Ramos lo hizo con alguna precariedad contra Grecia. Todos ellos son importantes en equipos de gran prestigio y lo han confirmado en la selecci車n. Todo indica que Unai Sim車n, Eric Garc赤a, Olmo, Pedri y Ferr芍n, entre otros j車venes de la lista de Luis Enrique, ser芍n futbolistas de primera fila, pero en la mayor赤a de los casos no son, ni por asomo, la referencia en sus clubes.
Les ha llegado la hora de crecer en su carrera, de alcanzar nuevos pelda?os en la escala del liderazgo, de curtirse en los momentos dif赤ciles y en las derrotas. Por este mismo trance pasaron Iniesta, Casillas, Xavi, Alonso y compa?赤a. Se impusieron a los rivales, a las cr赤ticas y a las sospechas sobre su verdadero talento. Nadie sabe hasta d車nde llegar芍 esta imberbe generaci車n, pero partidos como el de ma?ana son perfectos para informar de sus aspiraciones en el f迆tbol.