La manta de Sergio y una carambola
Errores y aciertos al margen, hay que reconocer que el Real Valladolid no est¨¢ siendo este a?o un equipo acompa?ado por la buena suerte. No cabe peor fortuna, mayor carambola en contra que la jugada del ¨²ltimo minuto del encuentro del pasado s¨¢bado ante el Sevilla. Es cierto que la suerte es para el que la busca, y la busc¨® el jugador del Sevilla que estuvo m¨¢s atento y listo que los futbolistas del Valladolid para seguir la trayectoria del bal¨®n cuando lo repele el poste. Pero el c¨²mulo de circunstancias que salen mal, que juegan a la contra, fueron muchas y concatenadas. Primero que Janko no se atreva a despejar para no regalar un c¨®rner pensando que el bal¨®n saldr¨ªa o lo acabar¨ªa despejando El Yamiq. Despu¨¦s el marroqu¨ª decide esperar a que el bal¨®n se pierda arriesgando a que toque en el poste y la decisi¨®n es la equivocada. Y luego Roberto, que lo observa todo pero que cumple su misi¨®n de cerrar el poste sin saber cual va a ser la decisi¨®n de su compa?ero y sin esperar un desenlace final como el que se produjo. Luego el rebote en Kounde y la pelota que le cae a placer a Bono, que pasaba por all¨ª. Fue una jugada, por encima de todo desgraciada, que no puede empa?ar le realidad de que el equipo de Sergio iba a ganar el partido por uno a cero. Lo de la defensa del Valladolid fue aquello de uno por otro la casa sin barrer. Y la broma cost¨® dos puntos.
Y fue una noche en la que de nuevo apareci¨® la manta de Sergio. Esa que cada vez que el equipo quiere defender un resultado el entrenador tira hacia atr¨¢s de tal modo que acaba tap¨¢ndole la cabeza hasta que se ahoga. Ah¨ª se atrinchera, dentro de la manta, mientras el rival sacude y sacude hasta que logra su objetivo. Sergio siempre acaba los partidos debajo de la porter¨ªa, acumulando defensas, defendiendo atrincherado, confiando en que no le meter¨¢n gol. A veces le sale bien pero otras muchas le sale mal y acaba encajando en el 80, en el 85, en el 90 o en el 94. Ya se han escapado muchos puntos as¨ª, renunciando a todo lo que hab¨ªa funcionado en el partido para poner el autob¨²s delante de la porter¨ªa. Eso de ir a por el segundo gol, a rematar el partido, es algo que no entra en los esquemas del entrenador catal¨¢n.
Pero la realidad es que con todo y con eso el partido estaba ganado. Defensivamente las cosas se hab¨ªan hecho bien. El equipo hab¨ªa tenido personalidad, sobre todo hasta que llegaron los cambios que no ayudaron en nada. Hombres como Janko, Joaqu¨ªn, El Yamiq o Mesa jugaron a un muy buen nivel. Otros como Guardiola, floj¨ªsimo, no tanto. Que acabaran ¨¦l y Kodro en el campo y Weissman en el banquillo no hay por donde cogerlo. El equipo con Orellana, Mesa, Weissman, Alcaraz o Plano en el campo plant¨® cara. El equipo con Bruno, San Emeterio, Kodro, Michel o Guardiola, el del final, acab¨® claudicando. Sergio no manej¨® bien el partido en la segunda parte y no ayud¨® con las sustituciones. Demasiados cambios para como estaba el partido. Aun as¨ª, el Valladolid pudo ganar, aunque habr¨¢ que reconocer que tirando una vez a puerta y de penalti en todo el partido, aspirar a ganar parece m¨¢s una cuesti¨®n de creer en lo imposible. Una vez m¨¢s, la manta de Sergio le termin¨® por asfixiar. El final fue cruel, pero justo.