El PSG barri¨® al Bar?a y Mbapp¨¦ a Messi
Pu?etazo en la mesa del PSG. Hasta ahora se le ve¨ªa en la Champions como un forastero, un intruso que aspiraba al respeto de la vieja aristocracia del f¨²tbol europeo. Hab¨ªa en este club algo como de snob enriquecido al que antes o despu¨¦s se le descubre la impostura. Pero anoche nos dej¨® de verdad impresionados. Pochettino ha hecho un gran papel, desde luego, y m¨¢s si tenemos en cuenta que lleg¨® al club en las vacaciones de Navidad y lleva s¨®lo 40 d¨ªas de trabajo, a dos partidos por semana. Aun as¨ª, ha conseguido estructurar un equipo serio y dotar a sus jugadores de una fe y una confianza magn¨ªficas. El partido de ayer quedar¨¢.
Fue tambi¨¦n un pu?etazo en la mesa de Mbapp¨¦, que no terminaba de arrancar en lo que se esperaba cuando apareci¨® en el M¨®naco. De all¨ª pas¨®, por despiste de Florentino, que lo tuvo en la mano pero no quiso abrirle el hueco de Bale (?qu¨¦ error, qu¨¦ inmenso error...!), al PSG, donde amenazaba con difuminarse en aquel ¡®star system¡¯, a la sombra del caprichoso fulgor de Neymar. Pero ayer demostr¨® que s¨ª hay un jugador grande, un jugador de ¨¦poca que dej¨® en el partido la firma de sus tres goles. Magn¨ªficos los tres, en especial el primero, en el que no ech¨® mano de su potencia y velocidad, sino de fenomenal desenvoltura en espacio corto.
La otra cara de la moneda fue Messi. Su actitud en debacles europeas s¨ª hace discutibles sus ingresos, y m¨¢s a¨²n la porf¨ªa de sus partidarios por proclamarle como el mejor de la historia. Otra vez careci¨® de energ¨ªa y liderazgo para sacar a su equipo del barro. En realidad su aportaci¨®n se limit¨® a transformar un penalti tipo Nuevo Testamento, y dentro de eso, de lo menos penalti que se despacha. Hay que jugar la vuelta, claro, pero ni ganando 0-3 en Par¨ªs pasar¨ªa el Bar?a. Del partido queda un Bar?a arrasado, justo cuando se estaba viniendo arriba, y un PSG que por fin merece ser considerado un grande entre grandes.