El Zaragoza de JIM tambi¨¦n gana fuera de casa
Al Real Zaragoza le queda por delante una larga carrera de obst¨¢culos para conseguir el triste objetivo de la permanencia, pero contin¨²a dando pasos en la direcci¨®n correcta. Juan Ignacio Mart¨ªnez, un viejo zorro de los banquillos, un entrenador de verdad, resucit¨® primero a un muerto y ahora est¨¢ d¨¢ndole forma a un equipo que esconde sus limitaciones y resalta sus virtudes, que compite y que es eficaz. Su merecida victoria en M¨¢laga le mantiene dos puntos por encima del descenso, en una serie con JIM de 13 puntos en seis partidos, lo mismo que sumaron Baraja y Mart¨ªnez juntos en las 18 primeras jornadas. A¨²n hay que ganar muchos encuentros para llegar a la orilla, pero el Zaragoza ha elevado much¨ªsimo su estatura defensiva y ya parece capaz de vencer al menos a la mitad de los rivales de la categor¨ªa. Esto ya es otra cosa.
El Zaragoza sali¨® a La Rosaleda dispuesto a poner fin a su calamitosa racha como visitante y encarril¨® el partido en una notable primera parte, donde marc¨® dos goles y disfrut¨® de otras dos clar¨ªsimas ocasiones en las botas de Narv¨¢ez y ?lex Alegr¨ªa. Tambi¨¦n el M¨¢laga, d¨¦bil en defensa, pero suelto en ataque, tuvo sus opciones, pero se encontr¨® con un Rat¨®n espl¨¦ndido. El portero gallego ten¨ªa la siempre dif¨ªcil papeleta de suplir a Cristian ?lvarez, pero se comport¨® de forma extraordinaria. Otro nombre propio fue Vigaray, un cicl¨®n por la banda derecha que coron¨® su gran tarde firmando el segundo gol. El primero fue obra de James Igbekeme, sustituto en el once del irrelevante Zanimacchia, que aprovech¨® con el hombro un centro de Narv¨¢ez para adelantar al Zaragoza antes del primer cuarto de hora. Tambi¨¦n se hace imprescindible resaltar a Eguaras, cada vez m¨¢s cerca de su mejor versi¨®n, y, por supuesto, a la pareja Jair-Franc¨¦s, que conforman un muro en el centro de la defensa.
El equipo aragon¨¦s durmi¨® el partido en la segunda mitad y s¨®lo tuvo que sufrir, no en exceso, la verdad, cuando el M¨¢laga acort¨® distancias a ocho minutos del tiempo reglamentario. Pudo haber redondeado su triunfo en La Rosaleda si Fern¨¢ndez, solo ante el portero, hubiera acertado con un env¨ªo excelente de Adri¨¢n, pero el Toro volvi¨® a vivir otra tarde de ausencia. Lo ¨²nico que no se entiende de JIM es su insistencia en el uruguayo, coloc¨¢ndolo otra vez por delante de Iv¨¢n Az¨®n.