Zidane, la calma como m¨¦todo
Zidane acudi¨® al rescate de Florentino tal d¨ªa como ayer hace cinco a?os. A Rafa Ben¨ªtez no le arrancaba el equipo, al que abrumaba de consignas. Lleg¨®, puso la casa en orden y gan¨® aquella Champions y las dos siguientes. Entonces, en plena gloria, abandon¨® bruscamente. Prefiri¨® tomar una distancia, sin que nadie supiera bien por qu¨¦. A los pocos meses tuvo que volver al rescate porque el equipo, desprovisto de los 50 goles anuales de Cristiano, no pitaba ni con Lopetegui ni con Solari. Termin¨® la temporada decentemente y en la siguiente gan¨® LaLiga con la vieja guardia m¨¢s unos refuerzos in¨²tiles.
Sin alharacas, como es ¨¦l. Con la calma como m¨¦todo, la forma m¨¢s adecuada para llevar a un equipo como el Madrid. La misma calma de Del Bosque o Ancelotti, idea firme y maneras suaves. Eso m¨¢s bonhom¨ªa y sentido de la justicia es lo que permite mantener la autoridad en un grupo como el Madrid. El poder lo da el club, que firma y paga los contratos. El poder de hacer las alineaciones. Pero la autoridad, sin la cual el poder pierde legitimidad, s¨®lo la otorgan los dirigidos, y se ha de cultivar y renovar cada d¨ªa. Las cinco Champions del Madrid del florentinato llegaron con estos tres entrenadores. Zidane ha ganado once t¨ªtulos en estos cinco a?os incompletos.
Con todo y eso, tuvo que pasar hace poco unas semanas malas, tanto que hasta se le lleg¨® a ver de mal humor, cosa bien rara en ¨¦l. Del club sal¨ªa un insidioso runr¨²n que amplificaban los turiferarios de guardia: Florentino no le va a echar, pero ¨¦l deber¨ªa irse por dignidad, ya que est¨¢ claro que esto se le ha ido de las manos. La acusaci¨®n de fondo era la misma que en su d¨ªa pes¨® sobre Del Bosque y Ancelotti: ser demasiado complaciente con los jugadores, no imponerse. Cierto madridismo de pulsi¨®n autoritaria, con Florentino al frente, a¨²n vive la nostalgia de los a?os de Mourinho. Zidane a¨²n tiene que pelear contra esa sombra, pero su vieja guardia no le da la espalda.