Sufro por Jorge Lorenzo
Siento un sincero cari?o y respeto por Jorge Lorenzo. Le conoc¨ª siendo ¨¦l solo un ni?o cuando su primer representante era mi buen amigo Dani Amatria¨ªn y, desde entonces, se convirti¨® en uno de los pilotos que m¨¢s me ha emocionado y hecho feliz. Un talento descomunal envuelto en una personalidad compleja que, sin embargo, fue moldeando con el paso del tiempo. Tambi¨¦n hemos tenido algunos desencuentros, profesionales al menos por mi parte, pero jam¨¢s he dejado de considerarle como uno de los imprescindibles en la historia del motociclismo. Por eso mismo sufro con la actitud p¨²blica que ha adoptado desde su retirada de MotoGP. Ni la critico ni la cuestiono, s¨®lo digo que me provoca angustia encontrarle, d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n, enfangado en pol¨¦micas que sencillamente deber¨ªa ignorar.
Asumo que a Lorenzo le resulte indiferente mi opini¨®n, por razones que ni merecen ser mencionadas. Con mucha probabilidad ni siquiera lea estas l¨ªneas y, si llega a hacerlo, tampoco descarto que le vuelvan a molestar, como en anteriores ocasiones en las que nuestra perspectiva sobre un asunto result¨® dispar. S¨®lo me gustar¨ªa que entendiera que es tan enorme como piloto, como campe¨®n, que nada le aporta entrar en el juego del insulto, la descalificaci¨®n, la marruller¨ªa¡ Est¨¢ muy por encima de todo eso, decir lo que uno piensa es un derecho y un desahogo, pero tambi¨¦n en ocasiones un error y un desprop¨®sito in¨²til. Insisto en que para darle consejos ya est¨¢ su padre (aunque ese ser¨ªa otro debate), no lo pretendo. Mi ¨²nica ilusi¨®n, como apasionado de las motos y admirador de su figura, ser¨ªa que sopesara los efectos de su ira, las consecuencias de sus palabras, la ejemplaridad de su actitud. Me encantar¨ªa que en su madurez llegar¨¢ a ser una persona tan cabal como genial result¨® sobre la moto.