Una jugada del Bar?a
Hay partidos en que el resultado es un accidente que se resuelve con una jugada o gracias a una casualidad. Y hay partidos que consisten en una larga jugada, en la que la incertidumbre se combina con el placer de ver jugar al Bar?a, en este caso. Esta jugada del Bar?a dur¨® m¨¢s o menos noventa minutos, tuvo como conductor a Messi, al que ayudaron, en diferentes etapas de la contienda, De Jong y Pedri. El placer de ver jugar a Messi, ubicado donde se ponen los sabios, oteando un horizonte de heridas posibles, es incomparable, est¨¦ o no especialmente acertado. Un gesto del argentino es suficiente para comprobar cu¨¢l es su estado de ¨¢nimo, porque en f¨²tbol pone todo el genio que tiene, digan lo que digan los agoreros.
Anoche estuvo saludable, como anta?o, y acompa?¨® su pasi¨®n tranquila de constructor de jugadas calientes con la fortuna de marcar un gol decisivo, y se acompa?¨® adem¨¢s con otro placer de la noche, el que los espectadores tuvimos de ver jugar a Pedri. El tinerfe?o (que se hizo con la Uni¨®n Deportiva Las Palmas) tiene virtudes parejas a las del capit¨¢n: baja la tensi¨®n para incrementar la calidad del juego, y ¨¦ste no decay¨® mientras ambos coincidieron en el campo. Fue un partido bello, de f¨²tbol digno cuyo m¨¦rito mayor fue su car¨¢cter de resumen de lo que puede ser el futuro del Bar?a (y de Koeman).