Pero Maradona no ten¨ªa pierna derecha
Me despierto con la alerta de una de las mil aplicaciones descargadas en el tel¨¦fono. Dice as¨ª: ¡°Una semana sin Maradona¡±. Y pienso: ni resucit¨® al tercer d¨ªa, ni al cuarto ni al quinto, ni siquiera al s¨¦ptimo¡ luego no era Dios, ni el hijo de Dios, sino un simple mortal, como tantos, de esos de dolor de muelas y pelusa en el ombligo. Uno m¨¢s. Y entonces le veo peor jugador, bestialmente limitado por el hecho de tener dos pies izquierdos.
Pari¨® la ¡®Mano de Dios¡¯ porque era bajito y no llegaba a cabecear, de ah¨ª la trampa y el palmeo (con la zurda, c¨®mo no) ante Shilton, al que le rondan de nuevo los fantasmas y lleva una semana de lado a lado de la almohada sin apenas dormir. Marc¨® el 2-0 aquella misma tarde tras volver a mostrar sus carencias: se vio obligado a regatear a cinco ingleses pues en sus recortes el bal¨®n le ca¨ªa para rematar de derecha y eso iba en contra de su religi¨®n. Lo de Juan Jos¨¦ en aquel Real Madrid-Bar?a es m¨¢s de lo mismo. Maradona dribl¨® a Agust¨ªn, pero ni siquiera una porter¨ªa vac¨ªa es pan comido cuando uno tiene dos botas izquierdas. Incapaz de rematar con la derecha, tuvo que recortar al defensa y patear la pelota con ese ¡°guante blanco calzado en el pie del lado del coraz¨®n¡± (cantaba y cantar¨¢ Calamaro). ?Y aquellas rabonas con Argentina y el N¨¢poles? Tres cuartos de lo mismo. Diego era capaz de dislocarse el tobillo con tal de no centrar con su pierna mala.
La derecha estaba de adorno en ¨¦l, su derecha qued¨® en Villa Fiorito o no sabemos d¨®nde. Es como si Ali hubiera peleado con la zurda atada a la espalda o como si Jordan volara con un ala menos. Quiz¨¢ fue una ventaja que el Pelusa decidi¨® darle al rival, ser¨ªa el colmo que tambi¨¦n en eso fuera tan generoso. Me r¨ªo con la an¨¦cdota que contaba ?ngel Cappa hace unos d¨ªas en la Cadena SER. Estaba viendo junto a Maradona un partido de Jordan y el exentrenador le coment¨®: ¡°?Qu¨¦ grande es Jordan, qu¨¦ bien juega!¡±. Diego guard¨® silencio unos segundos y respondi¨®: ¡°S¨ª, es un fen¨®meno. Pero ¨¦l juega con las manos¡±. Y con las dos, le falt¨® decir.