Maradona, mano a mano con Gardel
Nos quedan sus v¨ªdeos, sus maravillas. El primer reportaje sobre ¨¦l que se vio en Espa?a le mostraba con Argentinos Juniors, ¡®vacunando¡¯ cuatro veces al gran Gatti, que hab¨ªa osado llamarle gordito. Luego sal¨ªan jugadas de un Boca-River jugado sobre barro, en el que quiebra a otro grande, Fillol, el meta de River, que declarar¨ªa: ¡°Me hizo pasar como un colectivo¡±. Y algunas rabonas, suerte aqu¨ª a¨²n no vista, y algunos goles geniales con la selecci¨®n juvenil que gan¨® el t¨ªtulo del mundo. Maradona se acercaba al Bar?a y aquel v¨ªdeo lo mostraba como era entonces, un ni?o tocado por la mano de Dios que esculp¨ªa en el aire con el pie izquierdo.
Busquen sus v¨ªdeos. Esos y los del Mundial de M¨¦xico, en el que jug¨® tan bien que sus compa?eros tuvieron que defenderse. Valdano dijo: ¡°No vamos a pedir perd¨®n porque Maradona haya nacido en Argentina¡±. En el Bar?a, una hepatitis y una lesi¨®n brutal nos impidieron disfrutarle, pero a¨²n as¨ª quedaron perlas, una de las cuales la sufri¨® ¡®Sandok¨¢n¡¯ Juan Jos¨¦. En N¨¢poles s¨ª abri¨® su muestrario de joyas al mundo entero. All¨ª se torci¨® definitivamente, por razones que un rotundo documental de Asif Kapadia, al que tambi¨¦n se deben los de Ayrton Senna y Amy Winehouse, explica con cruda precisi¨®n. All¨ª se precipit¨® todo.
Sin el bal¨®n, todo en ¨¦l fue pelearse con la vida. Su agudo temperamento art¨ªstico le hizo irresistible la imposibilidad de contar su alma a trav¨¦s del bal¨®n y fue cayendo en un proceso autodestructivo que el mundo presenci¨® con pesar. A¨²n as¨ª nos dej¨®, junto tanto desastre, reflejos de nobleza. Arremeti¨® contra gigantes y molinos, busc¨® causas, defendi¨® sus verdades, luch¨® contra la adicci¨®n, sufri¨® m¨¢s por los suyos que por s¨ª mismo. Desde hoy, sus d¨ªas feos quedan ya lejos. No habr¨¢ m¨¢s noticias malas. Ahora que ya est¨¢ mano a mano con Gardel, podremos sentirnos ni?os con s¨®lo cerrar los ojos y evocar sus maravillas.