El Atl¨¦tico vuela; el Bar?a se despe?a
Partido a partido, el Atl¨¦tico se afianza como principal candidato. Sigue invicto, con un partido menos le saca tres puntos al Madrid y se instala arriba. Y m¨¢s all¨¢ de los puntos est¨¢n las sensaciones. Gan¨® bien al Bar?a con un gol de Carrasco, el hombre del partido. Jug¨® de lateral largo, enfrent¨¢ndose a Demb¨¦l¨¦ y despleg¨¢ndose hacia el ataque con tanto acierto que suyo fue el gol del encuentro. He aqu¨ª un jugador reconvertido. Cuando lleg¨® al Atl¨¦tico llam¨® la atenci¨®n por su velocidad y su clase, pero tambi¨¦n por su ?o?er¨ªa. Se fue a China en lo que parec¨ªa una renuncia a ser futbolista de verdad. Pero volvi¨® cambiado.
Marc¨® un gol de bandera. Propiciado, s¨ª, por un desajuste brutal de la defensa, incluido Ter Stegen con su salida temeraria, pero ¨¦l tuvo la flema y la clase necesarias para quitarse al meta de encima con control-t¨²nel y tiro r¨¢pido y preciso antes de que Lenglet, que corr¨ªa a cerrar, pudiese evitar el estropicio. Ese gol decidi¨® el partido, que podr¨ªa haber ca¨ªdo del lado del Atl¨¦tico por cualquier otro motivo, ya que fue mejor en intensidad, apoyo y sobre todo planteamiento. Simeone cerr¨® el centro con tres centrales y el apoyo de Koke y Sa¨²l, metiendo en una jaula el juego cada vez m¨¢s corto y perezoso de Messi, donde empieza y acaba el Bar?a.
La cruz del partido fue el Bar?a, que lleva 11 puntos de 24 y perdi¨® a Piqu¨¦, con una lesi¨®n de rodilla que pinta mal. Y es inevitable referirse al nudo que se ha creado en torno a Messi, que de un tiempo ac¨¢ hace demasiado poco. Demasiado poco para lo que cuesta, demasiado poco para la incertidumbre que crea su aspecto de continuo agraviado. Mientras est¨¦ ah¨ª, todo lo que haga Koeman ha de pasar por ¨¦l, pero se agranda la tentaci¨®n de preguntarse cu¨¢ndo llegar¨¢ el d¨ªa en que el Bar?a pueda reconstruirse con un proyecto coral en el que no cuelgue todo de su paso cansino, de su ce?o, de sus ademanes depresivos.