De realidades y videojuegos
"Cuidado con este, que es buen¨ªsimo", me dijo Ander cuando el equipo rival hizo su primera sustituci¨®n. Saltaba al campo un jugador de Europa del Este, apellido patron¨ªmico de dif¨ªcil pronunciaci¨®n. Me sorprendi¨® la afirmaci¨®n de Ander, hijo de unos buenos amigos y amigo m¨ªo igualmente, que entonces ten¨ªa catorce o quince a?os. Tambi¨¦n su convicci¨®n. Le pregunt¨¦ si le hab¨ªa visto jugar alguna vez. Neg¨® con la cabeza, mientras escup¨ªa una pipa al suelo de San Mam¨¦s. "No, pero en el FIFA tiene un 84 de media", sentenci¨®.
La escena aconteci¨® hace m¨¢s de un lustro. Entonces pens¨¦ que era curioso c¨®mo la virtualidad estaba cambiando gradualmente el modo en que los hinchas j¨®venes ve¨ªan la realidad del f¨²tbol. La fe en una buena temporada pasaba porque tu equipo tuviera buenas medias en el FIFA, el Pro o el Football Manager.
Al comienzo de la pandemia, durante un tiempo la virtualidad lleg¨® a sustituir al f¨²tbol real. A falta de partidos de carne y hueso, la hinchada (la parte m¨¢s joven, al menos) anim¨® a p¨ªxeles a trav¨¦s de YouTube en el torneo organizado por Ibai. Entonces record¨¦ la frase de Ander. Llegado octubre, con el bal¨®n sobre el c¨¦sped, pero las gradas vac¨ªas, ten¨ªa mucha curiosidad por ver si los creadores de videojuegos de f¨²tbol hab¨ªan dejado que la obstinada y triste realidad que vivimos con el COVID-19 se colara en sus universos. No tengo a¨²n el FIFA (el Pro lo dej¨¦ hace casi una d¨¦cada, me alej¨¦ de ¨¦l como de un amigo de la infancia con quien ya no tienes nada en com¨²n), as¨ª que pregunt¨¦ en Twitter. Me dijeron que no, que las gradas en los estadios virtuales siguen abarrotadas de seguidores tambi¨¦n virtuales.
Pens¨¦ que, aunque los juegos de f¨²tbol buscan replicar el f¨²tbol real, a veces hay que matizarlo para mejor, tal y como se adorna una an¨¦cdota en una cena de amigos. Y me parece muy bien. Aunque la realidad ahora mismo tenga una nota media muy baja (menos de 50, seguro), los creadores de los juegos han optado por mejorarla y ponerle valoraci¨®n de crack mundial. Hacen bien. Al fin y al cabo, la PlayStation, como los libros o el cine, se invent¨® para ayudarnos a so?ar.