Orgullo del Norte
Cuando Mikel Oyarz¨¢bal marc¨® el cuarto gol para la Real Sociedad resonaron antiguos voladores. Pero el verdadero olor a p¨®lvora fue el del trabajo bien hecho. Cuando en Gij¨®n, el canterano Manu Garc¨ªa lanz¨® un pase para marcar el segundo gol del Sporting, volvimos a sentir el Cant¨¢brico en las venas. El camino que la Real Sociedad (primero en Primera) y el Sporting (segundo en Segunda) han recorrido desde los gloriosos 80 hasta el presente han sido diferentes, pero con unas cuantas cosas en com¨²n.
Ambos equipos son los estandartes de dos regiones que tuvieron que soportar una crisis enorme. La Real, de la misma manera que Euskadi, supo reconvertirse y vivir en el mundo postindustrial. Y, por fin, puede retener el talento. Fue muy importante el ejemplo de Xabi Prieto cuando la Real descendi¨® a segunda y se qued¨® en el club rechazando ofertas de otros equipos. El Sporting, como Asturias, tard¨® muchos a?os en aceptar que el mundo hab¨ªa cambiado y necesitaba construir nuevos mitos. Desde Villa, El Molin¨®n ha sido una f¨¢brica de promesas incumplidas, y los jugadores que buscaron acomodo en otros lugares, no han dejado huella verdadera en ning¨²n otro sitio. El capital emocional del Sporting a¨²n tiene mucho peso.
La Real Sociedad y el Sporting de Gij¨®n ya no juegan sobre el barro alentados por el ¨ªmpetu de sus aficiones desde la cercan¨ªa de las gradas. Los a?os del hierro y la lluvia han pasado. La fuerza de sus ciudades se basa, en gran parte, en su prestigio cultural, en su apertura de miras y lo acogedora de sus gentes. Son reconocidas por sus festivales de cine y su m¨²sica. Practican un f¨²tbol aseado, limpio y bello.
El domingo pasado, los dos equipos salieron a jugar con seis muchachos de la casa, con guardametas que ganan puntos y un jugador for¨¢neo de brega (William Jos¨¦ y Djuka). Ambos est¨¢n dirigidos por entrenadores brillantes que mejoran al equipo cada vez que hacen cambios. El Sporting y Real han encontrado el norte y construyen futuro con una mirada diferente.