Un Cl¨¢sico con los ojos desquiciados
Convulsi¨®n permanente. Puede que tenga que ver con el s¨ªndrome del estadio vac¨ªo o ese pesimismo que acompa?a este infinito estado de alarma en el que sinvivimos, pero Bar?a y Madrid llegan al Cl¨¢sico en un preocupante y sorprendente clima de zozobra. La marejada azulgrana, incluso despu¨¦s de su contundente victoria en la Champions, transita entre la moci¨®n de censura sine die, las rebajas salariales de todos y las renovaciones de unos pocos, las palabras siempre tan l¨²cidas como inoportunas de Piqu¨¦, la contraculturalidad de Griezmann, el fulgor de sus adolescentes Ansu y Pedri pero, sobre todo, en el enigma Messi, con la herida del burofax sin cerrar y la angustia de no saber si este puede llegar a ser su ¨²ltimo Cl¨¢sico en el Camp Nou.
Las caras largas. En el Madrid, las dos derrotas consecutivas ante C¨¢diz y Shakhtar y, sobre todo, la preocupante imagen de equipo desgastado, han alargado las caras en el palco y en un equipo que da la sensaci¨®n de no conocer su suelo mientras lo mollar de la inversi¨®n va a parar al futuro techo de su estadio. Mala ecuaci¨®n cuando, ya con Bale en Londres, el debate era el de la deriva de Hazard y ahora se habla de la fragilidad de Zidane. Nunca dejar¨¢ de sorprenderme que la figura futbol¨ªstica sobre la que se ciment¨® La Novena y el t¨¦cnico que le dio tres Copas de Europa consecutivas al club blanco no hace tanto est¨¦ sometido a una erosi¨®n constante.
Puerta grande o enfermer¨ªa. Zidane se agarrar¨¢ a la jerarqu¨ªa de Courtois, a la rodilla de Ramos, a los cuatro centrocampistas y a la inventiva de Vini y Benzema, mientras el debutante Koeman fiar¨¢ su suerte al vuelo recobrado de Alba, a la biso?ez de Ansu, a la nueva mirada de Coutinho y a la querencia de Leo Messi a los grandes desaf¨ªos. Dec¨ªa el cineasta Rodrigo Sorogoyen, sobre las cr¨ªticas que estaba recibiendo su magn¨ªfica serie Antidisturbios, que se ve¨ªa con los ¡°ojos desquiciados¡±. Es dif¨ªcil encontrar un adjetivo mejor a la hora de trazar un simil con el que asomarse a este Cl¨¢sico de principio de temporada, donde las urgencias parecen definitivas y el resultado puede marcar el devenir m¨¢s cercano de los dos proyectos deportivos. Que la providencia y el VAR repartan suerte.