Y si no me gusta el f¨²tbol
A veces pienso que no me gusta lo suficiente el f¨²tbol. Leo a los apasionados de las ligas internacionales, a los periodistas que vibran con la Premier o incluso con el Calcio, a mis amigos que quedan para ver partidos en los bares y nada, no lo siento. Necesito tener alg¨²n inter¨¦s alternativo al simple disfrute para comerme 90 minutos que no sean de mi equipo, del filial, del juvenil o que haya alg¨²n cedido, o un exjugador¡ Biwenger es una buena idea, pero tampoco soy del todo capaz de ver los partidos de Osasuna para ver si Lucas Torr¨® me hace progresar en mi clasificaci¨®n. Bueno, a veces s¨ª he hecho cosas as¨ª. ?Pero al final de temporada!
El pasado s¨¢bado me puse a ver el partido del Atl¨¦tico de Madrid contra el Villarreal. La participaci¨®n de Luis Su¨¢rez era un atractivo que compensaba sacrificar la siesta. Despu¨¦s de 90 minutos de cerocerismo me volvieron a entrar las dudas existenciales. ?Y si este deporte es en realidad un espect¨¢culo infame? "Diego, joder, que tienes una revista de f¨²tbol", me alert¨® mi conciencia. Consult¨¦ a unos amigos del Atleti: ?Esto siempre es as¨ª? "As¨ª es", dijo uno. "El Madrid gan¨® as¨ª la Liga. A empujones", respondi¨® otro.
Para discutir prefer¨ª el barro de Twitter y all¨ª me top¨¦ con un v¨ªdeo directo del Castilla-Valladolid Promesas. Record¨¦ c¨®mo me tragaba de adolescente los Castillas de Aranda, Corona, Diego Le¨®n, Jurado, Soldado¡ y me puse a hacer el informe de Arribas, la nueva joya. A los 10 minutos pas¨® mi hija por delante con un Playmobil y me sent¨ª peor que si estuviera viendo porno. ?Qu¨¦ estoy haciendo con mi vida? Apagu¨¦ el m¨®vil. Pero algo me atra¨ªa especialmente de ese partido. Jugaban en Las Rozas, en el campo de Navalcarb¨®n, donde juego con mis amigos la liga municipal, suspendida por la pandemia. Ver a los j¨®venes talentos recorrer a toda velocidad el mismo c¨¦sped donde yo solo soy capaz de deambular s¨ª me pareci¨® fascinante. Me encanta jugar. Esa es mi pasi¨®n. Entiendo a los que sue?an con conocer mejor al lateral de Wolverhampton que a su novia. Bueno, es otra manera de apasionarse. La m¨ªa es jugar. Y el Real Madrid.