El f¨²tbol avanza contra el coronavirus
LaLiga avanza entre el bombardeo del coronavirus, esa espada de Damocles que pende sobre todos. Avanza con un protocolo duro, que incluye que los jugadores no se cambian en el vestuario, as¨ª que salen de casa o del hotel vestidos de faena y del mismo modo vuelven, sin ducharse hasta el regreso. S¨®lo en casos excepcionales se admite la ducha en el campo, de muy pocos en muy pocos. El vestuario queda reducido a los diez minutos del descanso. Los viajes se hacen en medio de una extrema asepsia, como se hizo durante los 230 partidos postconfinamiento, cumplidos sin m¨¢s percance que el del Fuenlabrada el ¨²ltimo d¨ªa.
Y as¨ª ha de hacerse, porque al menor descuido ya se sabe lo que pasa. En Italia, el Genoa ha dado 14 casos, lo que adem¨¢s de hacer que se suspenda su pr¨®ximo partido (salvo que un n¨²mero suficiente resulten ser falsos), ha puesto a temblar al N¨¢poles, que jug¨® contra ellos y ahora est¨¢ a la espera de los resultados de sus ex¨¢menes. El f¨²tbol vive en el alambre. Ayer mismo me comentaba Tebas que el n¨²mero de contagios en la calle es ahora 300 veces mayor que cuando se jug¨® el tramo postpandemia. Claro que entonces segu¨ªamos con restricciones en muchas comunidades. Y con un susto en el cuerpo que luego tristemente se evapor¨®.
As¨ª que hay que aplaudir el cuidado con que se est¨¢ jugando LaLiga, por cierto cerrada al p¨²blico, cosa que no ocurre en el cine, el teatro, la ¨®pera, los toros, el hip¨®dromo... que me temo que tendr¨¢n que cerrar m¨¢s pronto que tarde. Lo ¨²nico que no me gusta del f¨²tbol son ciertos gestos de confianza que me sobran. Efusividades entre los jugadores, suplentes sin mascarillas o entrenadores sin m¨¢scara, que se saludan ante las c¨¢maras d¨¢ndose la mano. Se supone que todos est¨¢n cubiertos por continuas pruebas, pero la imagen rechina. El f¨²tbol lo ve mucha gente. Merece la pena que d¨¦ ejemplo extremo, porque la mano vuelve brava.