El tenis regresa a medias
Este jueves arranc¨® la fase previa de Cincinnati, que en realidad se disputa en Nueva York. Es el mismo caso del Dakar, que se sigue llamando as¨ª aunque se celebre en Sudam¨¦rica o Arabia Saud¨ª. Igual que el a?ejo raid tuvo que salir de ?frica en su momento por amenazas terroristas, este tradicional torneo de agosto se ha ubicado en la Gran Manzana para formar una burbuja, conjuntamente con el US Open, que proteja de la pandemia a los participantes. Urgencias del deporte. Este Masters 1000 de Cincinnati, tambi¨¦n denominado Western & Southern Open, supone el reinicio del tenis ATP, que no compite desde febrero. El circuito WTA tambi¨¦n se re¨²ne en este escenario, aunque las mujeres ya regresaron a primeros de agosto en Palermo, con un calendario alternativo m¨¢s osado.
Parad¨®jicamente, el tenis internacional retorna en las mismas instalaciones de Flushing Meadows que acogieron un hospital de campa?a durante la curva m¨¢xima del coronavirus. Y lo hace bastante tocado. El tenis se une a otros deportes que han logrado relanzar su actividad profesional como el f¨²tbol, el baloncesto, el automovilismo, el ciclismo, el golf, las motos, el boxeo¡ Pero, al contrario que estos, no ha conseguido el consenso de sus m¨¢ximas estrellas. Las notables ausencias colocar¨¢n, inevitablemente, un asterisco en el desenlace de este Masters y del posterior Grand Slam. En el top-10 de la ATP ha habido dos renuncias, la del vigente campe¨®n del US Open, Rafa Nadal, y la de Monfils, que se agregan al lesionado Roger Federer. En el top-10 de la WTA el vac¨ªo es todav¨ªa mayor, porque se han borrado seis jugadoras, entre ellas tambi¨¦n la actual campeona, Andreescu; las dos primeras del mundo, Barty y Halep; adem¨¢s de Svitolina, Bencic y Bertens. Si alargamos el ranking, aparecen m¨¢s ilustres: Kyrgios, Wawrinka¡ El tenis arranca a medias, atrapado en su propia globalidad.