La base de la pir芍mide
Que mi equipo haya ascendido a Segunda Divisi車n no significa que me preocupe menos el futuro del f迆tbol no profesional en Espa?a. Todos, incluso los m芍s grandes, formamos parte de la pir芍mide, y necesitamos que su base sea s車lida. Los tiempos que vienen van a ser duros y la respuesta que todo el entramado de clubes y federaciones le den a la situaci車n debe basarse en la solidaridad y en el entendimiento de que nos necesitamos vivos a todos para poder ser fuertes como colectivo.
La suspensi車n del Deportivo-Fuenlabrada, como es l車gico, ha acaparado titulares en la prensa deportiva e incluso en la generalista. Sin embargo, se ha hablado menos de otros encuentros que no se han podido celebrar en la fecha correspondiente, como el Portugalete-Sestao que iba a determinar un puesto de ascenso en el grupo vasco de Tercera Divisi車n y las eliminatorias de repesca de campeones de la misma categor赤a Alcoyano-Lealtad y Linares-Marino. Que con un volumen de partidos tan inferior al que tendremos cuando arranquen las ligas regulares de la temporada 20-21 ya no se haya podido cumplir con las previsiones nos dibuja un panorama desalentador: en los campeonatos con menos recursos econ車micos, con diez duelos por jornada en dieciocho grupos distintos de la cuarta divisi車n del f迆tbol nacional, ser芍 muy dif赤cil garantizar la seguridad de todos los participantes y completar los calendarios. Y ya no digamos m芍s abajo.
No tengo la soluci車n al problema, pero s赤 s谷 c車mo no debemos actuar: abandonando a su suerte a ese f迆tbol que genera pocos ingresos y que desde las alturas se observa como anecd車tico o prescindible. No lo es en absoluto: es el lugar en el que nacen las ilusiones y donde mejor se conserva el valor unificador de comunidades humanas que hace grande al juego que amamos y que lo convierte en un fen車meno social que trasciende lo meramente deportivo. La 谷lite debe ser especialmente generosa para garantizar que esas categor赤as alejadas del foco sigan siendo viables, y que si hay que esperar m芍s de la cuenta para su reanudaci車n, no se paguen consecuencias devastadoras.