Fuenlabrada, un descenso inasumible
Depurar responsabilidades sanitarias. Por muchos errores que se hayan cometido en la cadena de comunicaci¨®n sanitaria, por mucho que el Fuenlabrada nunca debi¨® subirse a ese avi¨®n, con los cuatro positivos ya conocidos, desde el sentido com¨²n no hay manera de justificar un descenso administrativo de un equipo que aspiraba a subir a Primera antes de despegar y que hoy, cuan funambulista, anda asomado a un abismo que puede dar con sus huesos en Segunda B. Habr¨¢ que depurar las responsabilidades sanitarias por las malas decisiones, por la obediencia mal entendida a LaLiga o por la inacci¨®n de sus dirigentes, pero un castigo deportivo de ese calibre no tiene justificaci¨®n posible.
Una mezcla peligrosa. Todos los problemas derivados del protocolo de LaLiga han tenido que ver con anteponer lo deportivo a lo sanitario. La soberbia le pudo, le puede y le podr¨¢ a Javier Tebas. Esperemos que aprenda la lecci¨®n con vistas al pr¨®ximo curso. Lo que no vale es diferir de un gran problema sanitario un problema deportivo que tiene que ver principalmente con la p¨¦sima decisi¨®n tomada al un¨ªsono por LaLiga, Federaci¨®n y CSD de permitir que se disputase la jornada, menos el partido llave. Hasta el instructor del caso Fuenlabrada habla en su providencia de ¡°fraude a la competici¨®n, atentado contra la salvaguarda del buen orden deportivo, a la integridad y pureza de la competici¨®n¡±. Querer hacer responsable al club madrile?o de esta parte no parece serio.
Un final pat¨¦tico. El cierre de esta Segunda Divisi¨®n ser¨¢ recordado como uno de los episodios m¨¢s lamentables de la historia del f¨²tbol espa?ol. Como colof¨®n, la incertidumbre sobre la disputa de los playoffs por los positivos, la competici¨®n inacabada, la nula voluntad de buscar soluciones de consenso y, para m¨¢s inri, la finalizaci¨®n de contratos como el de Luis Su¨¢rez, la estrella del Zaragoza, que eleva la sensaci¨®n de rid¨ªculo a su m¨¢xima expresi¨®n.
En las profundidades. Ahora que el f¨²tbol espa?ol, como bandera del deporte de nuestro pa¨ªs, est¨¢ mostrando su faceta m¨¢s triste, su ca¨ªnismo y la catadura de algunos de sus dirigentes, conviene dejar de sacar pecho. Los efectos de esta terror¨ªfica pandemia van a azotar a todas las ¨¢reas de actividad y a la industria del deporte. Esto obliga a las ligas a ser m¨¢s transparentes, m¨¢s humildes y m¨¢s emp¨¢ticas que nunca. El que se crea por encima del bien o del mal se va a llevar un revolc¨®n de campeonato, por muy buena que sea su propaganda. En t¨¦rminos sanitarios no hay t¨¦rmino medio, o hay burbuja o hay peligro seguro. Lo dem¨¢s, no se lo crean.