Un barco a la deriva
Intenta explicarle a una persona que una pandemia mundial ha destruido a una ciudad, un equipo que parec¨ªa de primera, que parec¨ªa que volv¨ªa al sitio del que nunca debi¨® caer. Rid¨ªculo espantoso. En eso se puede describir la temporada dentro de la ¡®nueva normalidad¡¯. Pas¨® el Alcorc¨®n y pint¨® la cara al Real Zaragoza en tan solo 10 minutos. Un espejismo reflejado en Lugo o en Extremadura, hasta que lleg¨® la SD Huesca, con un gol en el descuento que puso la puntilla a un Real Zaragoza moribundo. Cr¨®nica de una muerte anunciada? No lo s¨¦, lo que s¨ª s¨¦ es que ah¨ª muri¨® una ciudad. Un equipo que se cay¨® en casa y que, para colmo, no ten¨ªa a su gente para acogerle en sus brazos y decirle que no era para tanto, porque realmente no lo era, y que tendr¨ªa oportunidades de depender de s¨ª mismo, pero no, no lo hizo.
Porque esto es peor que la hecatombe de Palam¨®s, ah¨ª muri¨® una plantilla pero el zaragocismo sigui¨®, hoy tras haber pasado por Araujo o el gol de Diamanka, la ciudad cre¨ªa y prolog¨¢ndose durante m¨¢s de un mes se ha demostrado que el equipo no estaba al altura de lo que la ciudad se merece.
?Y ahora qu¨¦? Pues personalmente no lo s¨¦, el Playoff es un castigo actualmente, dentro de una vor¨¢gine de malas sensaciones, de un entrenador que no sabe que responder, de unos jugadores que no se levantan... Un equipo que no quiere pero puede morir, porque el futuro del Real Zaragoza est¨¢ gest¨¢ndose. Ni?os que llevaban con orgullo una camiseta del Real Zaragoza sin importar qui¨¦n ganase LaLiga o la Champions que hoy se van a dormir siendo un poco menos del Zaragoza.
Bueno, si lo s¨¦... Un Playoff, bendito recuerdo zaragocista, ?eh?
Una loter¨ªa en la que no ganamos nunca, pero lo peor no es eso, es el ¨¢nimo de la ciudad. Si preguntamos a la poblaci¨®n zaragocista, m¨¢s de la mitad te dir¨¢ que no quiere verlo, porque conoce el destino y su fatal final. Porque todo conduce al n¨²mero ocho, ocho temporadas consecutivas en el pozo y lo peor es que se han llevado a la gente, esos 27.000 socios no estar¨¢n por mucho que se lo pidas. Porque a la gente le puedes enga?ar una vez, incluso dos, pero no puedes estar toda una vida pidiendo un esfuerzo tit¨¢nico por su parte sin dar nada a cambio. Zaragoza nunca se rinde y si se atisba un m¨ªnimo de esperanza la gente responder¨¢ con el honor que le queda, pero al equipo hay que pedirle mucho m¨¢s porque la ciudad sabe que se puede, porque lo han demostrado y porque queda una bala dentro de la rec¨¢mara y hasta que no se agote, la ciudad nunca descansar¨¢.