La broma de Bale
Supongo que han tenido la ocasi¨®n de ver la imagen que captaron las c¨¢maras de Gol Televisi¨®n. En caso contrario, intentar¨¦ describirla con la mayor precisi¨®n posible. Bale, sentado en la grada del Di St¨¦fano mientras el Real Madrid jugaba contra el Alav¨¦s, con las piernas estiradas, reclinado en el asiento y con la mascarilla cubri¨¦ndole boca, nariz y ojos, a modo de antifaz para dormir. Su prop¨®sito no era encontrar el sue?o, aunque su rostro en varias partes del partido pudiera llevarnos a pensar en ello, sino sacarle una sonrisa a sus compa?eros de butaca. Qu¨¦ dif¨ªcil es hacer comedia, pero parece que el gal¨¦s maneja los c¨®digos. Uno de ellos es el contraste, elemento frecuente en la construcci¨®n del humor. Es decir, dar una imagen (pronunciar una frase) incongruente en un contexto que lleve al p¨²blico a la risa. Y hay pocos contrastes mayores que ver a Bale, un jugador llamado a ser el l¨ªder de todo un Real Madrid, fichado por 101 millones y cobrando 14 millones netos al a?o, en la grada y fingiendo somnolencia.
¡°Este t¨ªo va a ganar una Liga cobrando un pastizal y sin pr¨¢cticamente jugar al f¨²tbol desde febrero mientras se r¨ªe en el banquillo. ?Este es tu ¨ªdolo? Responde¡±, fue el tuit del famoso caster y narrador Ibai Llanos. Como ¨¦l, muchos aficionados se indignaron con la fotograf¨ªa. Otros, en cambio, compraron la carta del gal¨¦s y se posicionaron junto a ¨¦l aplaudiendo su impermeabilidad ante todo. ¡°Le resbala¡±, fue el comentario m¨¢s com¨²n en el bar de Twitter. La imagen es, conviene decirlo, impropia de un jugador de su condici¨®n. Sin embargo, puede llegar a entenderse.
Dejemos a un lado los culpables, pues estos cambian de identidad en funci¨®n de los implicados. Todos hemos vivido situaciones personales desalentadoras. Y hay quienes tiran (tiramos) de la gracia, del humor, para situarnos psicol¨®gicamente por encima de nuestra realidad. La sensaci¨®n de superioridad ante los disgustos que te proporciona la comedia es muy placentera. La risa nos ayuda a superar miedos internos y conflictos externos. Viendo a Bale, record¨¦ a aquel condenado de Freud en El chiste y su relaci¨®n con el inconsciente. El tipo en cuesti¨®n iba a ser ejecutado. Era lunes. Y cuando se dirig¨ªa a la ¨²ltima parada solt¨®: ¡°Vaya forma de empezar la semana¡±. En ese punto est¨¢ Bale. Aislado por Zidane, que tuvo que tragarse el sapo de tenerle en la plantilla despu¨¦s de decir p¨²blicamente que si se iba ¡°hoy mejor que ma?ana¡±, se toma su situaci¨®n a risa. Y puede hacer gracia, sobre todo en un escenario que pinta al Madrid muy cerca de ganar la Liga. Pero lo que no es gracioso es pensar que el club no quiso vender al gal¨¦s hace tres a?os y liberar as¨ª una plaza para Mbapp¨¦, que descart¨® fichar para no estar por detr¨¢s de Cristiano, Benzema y Bale. Eso s¨ª que fue un chiste. Pero de mal gusto.