El Valencia de ayer, hoy y de Lim
El Valencia va a afrontar un verano clave en su presente y futuro como club de f¨²tbol. La crispaci¨®n social est¨¢ llegando a un punto de no retorno y no hay peor mal para un equipo que el desapego de sus aficionados. Si el Valencia es lo que es como entidad en Espa?a y en Europa no es tanto por sus t¨ªtulos como por su gente. Su masa social es la que le distingue de tantos otros clubes que aspiran cada a?o a lo mismo que el Valencia y es la que a lo largo de su historia le ha llevado al ¨¦xito contra clubes que est¨¢n uno o dos escalones por encima del suyo por palmar¨¦s, presupuesto y volumen de ciudad.
Por Valencia en los ¨²ltimos d¨ªas resurge la cr¨ªtica por el proceso de venta que acab¨® con el club en manos de Peter Lim. Pero puestos a retrotraernos en el tiempo podemos hacerlo a la perniciosa gesti¨®n de Juan Soler, valenciano de nacimiento y puesto ah¨ª por los pol¨ªticos del momento, e incluso hasta el mismo instante en el que se convirti¨® en Sociedad An¨®nima Deportiva, conversi¨®n que pocos lucharon por evitar como s¨ª supieron regatear Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna de Pamplona. El Valencia CF, la sociedad civil m¨¢s relevante de la Comunitat Valenciana, ha pagado a lo largo de su historia la poca autoestima que se tiene por estos lares en comparaci¨®n con la de otras regiones. Si se dej¨® el club en manos de un inversor extranjero fue por ejecuci¨®n de unos pocos y dejadez de muchos.
Es l¨ªcito y loable que se agite una corriente de opini¨®n para que alguien de la ¡®terreta¡¯ de un paso al frente y presente una oferta de compra de las acciones de las que es due?o Peter Lim (83% del capital social). Pero nadie compra si alguien no vende y a d¨ªa de hoy veo lejano ese escenario. As¨ª que el Valencia a corto plazo seguir¨¢ siendo lo que diga Peter Lim, que lo puede decidir por bemoles (¡°Qui paga, mana¡±) o con sentido com¨²n de f¨²tbol (¡°Trellat¡±). Ah¨ª est¨¢, en las decisiones que se tomen a 12.000 kil¨®metros de Mestalla, la clave del presente y futuro a medio plazo del Valencia CF SAD.
Por encima de muchas otras, hay una decisi¨®n que definir¨¢ el grado de importancia que tiene el Valencia para Lim y es la continuidad o no de Anil Murthy. Si el presidente sigue en el cargo, o es que al due?o le interesa poco lo que pasa por Mestalla o es que no se entera absolutamente de nada de lo que sucede en el d¨ªa a d¨ªa de su sociedad. Murthy, tipo con pinta de c¨®mico, afable en las distancias cortas, pero m¨¢s listo que el hambre para adaptar la realidad a su antojo y sobre todo para subsistir, tiene hoy en exclusividad la llave del filtro de informaci¨®n que del Valencia llega a Singapur. As¨ª, lo que Lim escucha es lo que Anil le cuenta y siempre encontrar¨¢ excusa para los desprop¨®sitos que ha cometido durante los ¨²ltimos doce meses como presidente. Que si Mateu Alemany est¨¢ haciendo un club dentro del club, que si los jugadores nos han traicionado porque les fich¨® Marcelino, que si los que se quejan son los ¡°falsos aficionados¡±, que si la prensa tiene amiguitos del viejo r¨¦gimen, que si, que si¡.
Lim lleva seis temporadas en el Valencia y divide a partes iguales los ¨¦xitos y los fracasos. Tres a?os en Champions, con un t¨ªtulo once a?os despu¨¦s; pero tambi¨¦n otros tres (bueno, dos y largo, porque Voro a¨²n puede obrar el milagro) fuera hasta de la Europa League. Lim, que ya es mayorcito para darse cuenta de las cosas, deber¨ªa saber a estas alturas de su aventura en el mundo del f¨²tbol que deportivamente le fue bien cuando la gesti¨®n fue coherente (inclusive en su primer a?o con Nuno, por m¨¢s cuchillos que se lanzaran dentro unos y otros) y desastrosamente mal cuando obr¨® a salto de mata (Neville, Ayestar¨¢n, Celades). Pero tambi¨¦n Lim deber¨¢ darse cuenta que el problema real y actual del Valencia va m¨¢s all¨¢ de los resultados.
El Valencia, su Valencia, requiere de una revoluci¨®n social y a partir de ah¨ª deportiva. Su crisis no es coyuntural sino estructural. Lim no necesita sacarse conejos de la chistera sino recordar cu¨¢ndo le fue bien y cu¨¢ndo le fue mal. Lim no tiene que escuchar a los que ahora est¨¢n sino a los que le han dado ayudado en su proyecto durante los ¨²ltimos seis a?os. Lim solo tiene que volver a rodearse de los que saben de verdad lo que se llevan entre manos. Y no hace falta que se los invente, porque los ha tenido y alguna hasta sigue a su lado. Layhoon Chan quiz¨¢s no fuera la mejor portavoz para el Valencia y cometi¨® errores propios de quien llega a un mundo, el del f¨²tbol, que tiene sus c¨®digos propios. Pero Layhoon Chan s¨ª es una persona de su plena confianza, porque entiendo que Lim quiera tener a uno de los suyos en el cortijo que se compr¨® en Valencia, pero sobre todo es una excelente gestora de cuentas y negociaciones (no lo digo yo, lo dice gente como Javier Tebas o Javier G¨®mez) y tambi¨¦n de recursos humanos (nadie de la vieja guardia del club, los que con miedos y autocensura mantienen como pueden a flote la nave, habla mal de ella, todo lo contrario). Mateu Alemany no es de su c¨ªrculo ¨ªntimo, pero s¨ª es con diferencia la persona que ha tenido Lim a su lado que m¨¢s entiende los c¨®digos del f¨²tbol y la ¨²nica que ha conseguido que Mestalla creyera durante un tiempo que el proyecto de Lim iba en serio y se ajustaba a lo que por Valencia se entiende que tiene que ser el Valencia.
L¨¢stima que cuando Layhoon Chan fich¨® a Mateu Alemany, Murthy ya supiera castellano. Pero qu¨¦ f¨¢cil lo tendr¨ªa Lim para recuperar parte de la credibilidad perdida si volviera a rodearse de ellos. Una quimera, seguramente; una soluci¨®n, seguro.