M¨²sica de ascensor
Del f¨²tbol me alucina su capacidad para dejarnos con el culo al aire a los periodistas. Destrozando expectativas y callando bocas, ese es m¨ª f¨²tbol. Qu¨¦ placer arrancar la previa abrigado en argumentos, camiseta thermolactyl calentita de datos, y acabar el partido en calzoncillos. En el Real Madrid-Mallorca debut¨® un futbolista mexicano de 15 a?os que se llama Luka Romero y adem¨¢s de buenas maneras luce un mullet zahino digno de un papel principal en El coche fant¨¢stico, en un anuncio de Brummel, en lo que ¨¦l quiera... A¨²n sin p¨²blico en las gradas, con calendario demencial y ambiente mortecino, este deporte sigue guardando ases en la manga para sorprendernos.
Lo pienso cuando la c¨¢mara encuentra a Zinedine Zidane sereno en la banda. Cualquier apuesta hoy sonar¨¢ rid¨ªcula ma?ana en este circuito de Humor Amarillo, con putadas en cada esquina, en la que el calendario ha convertido lo que resta de Liga, pero el Real Madrid luce paso de campe¨®n. Contra pron¨®stico y en ocasiones contra sus propios actos. Frente al Mallorca volvieron a ser ese equipo extremo que destaca tanto por su irregularidad como por su habilidad para resolver enredos. Sin Casemiro para el control, Zidane lo apost¨® todo al talento y acab¨® encontrando razones en el juego creciente de Vinicius. El brasile?o volvi¨® a agitar el ataque con sus regates, pero adem¨¢s a?adi¨® un sosiego digno del mejor Ra¨²l para definir. No sorprendi¨® tanto como el mullet de Romero pero casi.
Otra cosa que no esperaba, no con esta crudeza, es la depresi¨®n del Barcelona. El equipo de Quique Seti¨¦n tiene pinta de llegar al final sin dos puertas y empujando el coche como en un episodio de Los autos locos. Con los mismos puntos que el Madrid transmiten sensaciones funestas. Sin energ¨ªa ni intenci¨®n, las buenas canciones del Barcelona se han convertido en un hilo musical rampl¨®n. M¨²sica de ascensor. Sin Griezmann ni Su¨¢rez a un nivel presentable, Lionel Messi es su ¨²nico argumento para evitar el rid¨ªculo. La ¨²nica raz¨®n para creer que el f¨²tbol pudiera hacer la suya y dejarnos con el culo al aire a los periodistas.