Hemos sido enga?ados
Se?alar a Seti谷n es lo f芍cil, dicen los que le defienden. Pero es que 谷l es el entrenador del Bar?a, el que decide las alineaciones, la t芍ctica, los cambios, el que estudia a los rivales y se prepara los partidos. ?l es el que se sienta en el banquillo y el que lleg車 con el nombre de Cruyff tatuado en la frente y prometiendo: "S車lo garantizo que mi equipo va a jugar bien". Y mira, pues no. Ya hay argumentos suficientes como para afirmar que del dicho al hecho hay un gran trecho y Seti谷n se ha perdido por el camino.
El Bar?a todav赤a puede ganar la Liga y la Champions, pero de aquel entrenador que en su presentaci車n asegur車 que "entre lo que me dicte la realidad y el coraz車n, lo normal es que me deje llevar por el coraz車n", no queda ni rastro. En Sevilla, la salida a priori m芍s dif赤cil que ten赤a en el calendario, qued車 al descubierto su falta de atrevimiento, justo de lo que tanto hab赤a presumido. Con empate a cero en el marcador, sin remate y con un Sevilla del que hab赤a elogiado su fortaleza f赤sica y que en el minuto 70' ya hab赤a realizado cuatro cambios, Seti谷n se paraliz車 y Ansu Fati, que hab赤a resuelto la papeleta frente al Legan谷s, no jug車 ni un minuto porque el peaje, la jerarqu赤a, la realidad y no el coraz車n dictaba que deb赤a ser Griezmann el que saliera primero.
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No hay sello del entrenador en el equipo, nada rese?able, y siendo cierto que la planificaci車n del club ha sido deficiente, que la plantilla es corta y se ha hecho mayor, que seis directivos del Bar?a dimitieron en lo m芍s duro del confinamiento y hasta uno insinu車 que alguien met赤a mano en la caja, que no hay noticias de la auditor赤a que debe certificar que eso no es as赤 y que la gesti車n de Bartomeu es un desastre, el encargado del equipo, de decidir c車mo quiere jugar y con qui谷n es Seti谷n. Y la diferencia entre lo que prometi車 y lo que est芍 haciendo salta a la vista. El reproche, la decepci車n, reside en las expectativas que 谷l mismo cre車 por su trayectoria y aliment車 con sus declaraciones de intenciones. Esto no es lo que nos hab赤an contado: hemos sido enga?ados.