De piedra han de ser las manos
Ter Stegen impidi車 varias veces el gol del Sevilla. Su equilibrio se parece a la pared ilustrada de los mejores porteros. Salv車 al Bar?a en la sucesivas siestas del equipo. La delantera azulgrana hizo artificios brillantes que no tuvieron consecuencia alguna, porque hubo m芍s uy en un lado que en el otro, m芍s al aire sevillano que al plomo azulgrana. A迆n as赤, fue un partido de dos; el Sevilla se vio desbordado al amanecer del partido, pero luego se reh赤zo, y viceversa. Y as赤 todo el rato. Toma y daca, como se dec赤a antiguamente. Quien esperara un resultado merecido pincha en el hueso de la realidad: el empate representa lo que unos y otros hicieron, cada uno a su tiempo. Pero es leg赤timo destacar la acci車n de Ter Stegen, del que Lluis Flaquer, buceador de met芍foras, dijo que ten赤a manos de piedra. Piedras pulimentadas, realmente, capaces de actuar sin doblegarse, haciendo incluso equilibrios entre la serenidad y el genio. Lo que pas車 fue, sobre todo, que Messi no lleg車 a entrar en juego, como si estuviera perseguido por la p芍jara que lo acompa?a en noches decisivas. Se enfad車 una vez, pero eso no sirvi車 para reactivarlo. Griezmann lleg車 tarde, igual que Luis Su芍rez, aunque 谷ste jug車 todo el partido. Cero a cero es una buena descripci車n de la noche.